La escalofriante leyenda del Callejón del Aguacate en CDMX


México.-  El callejón del Aguacate, en la CDMX, es uno de los lugares que esconde más leyendas de horror y  sucesos paranormales en México. Muchos creen que solo son  leyendas urbanas, pero otros no se atreverían a recorrer esta calle.En el corazón de Coyoacán, en el Barrio de Santa Catarina, en la Ciudad de México, está el famoso Callejón del Aguacate, una calle empedrada que no tiene más de cuatro metros de ancho; las casas de estilo colonial hacen que esta arteria sea a la vez preciosa y aterradora.Desde hace cien años ha sido el refugio de muchas escalofriantes  leyendas que todavía hoy resuenan en el tiempo.Entre los mitos que hay acerca de este misterioso callejón, hay uno que se remonta a los años treinta, cuando llegó a vivir ahí un militar cuya cabeza estaba atrofiada debido a sus terribles experiencias bélicas que había vivido. Para aliviar sus ansiedades del pasado, todos los días este ex soldado salía con su uniforme a tomar el aire y le daba largas vueltas al barrio.

En estas largas caminatas se le aparecía un niño fascinado con las medallas que el soldado portaba en su camisa, y con mucha ingenuidad se le acercaba y le pedía que jugaran. Esta petición enervaba los ánimos del militar, tanto que un día decidió terminar violentamente con la vida del pequeño.Tras el atroz crimen, el atormentado hombre se arrepintió de haber cometido el asesinato, y con el objetivo de sanar sus demonios internos, mandó poner en la esquina del callejón el altar de una virgen, para que cada persona que pasara por ahí expiara sus pecados con un Padre Nuestro.Desde esa época hasta ahora, hay quienes aseguran que cuando uno se acerca al centro del callejón, se pueden escuchar los gemidos del niño. Incluso hay personas que afirman haber sentido la presencia del infante y hasta han visto su rostro incrustado en la corteza del árbol.

Esta es la leyenda más famosa que se cuenta del callejón, pero no es la unica.Otras historias cuentan que la Virgen que está en una esquina del callejón llora a las 12 de la noche. Una que murió atropellada aun pasea por éste lugar y se le puede escuchar riendo entre las dos y tres de la mañana.

El dueño de una de las antiguas casas mató a sus invitados una noche. Dicen que al oscurecer es muy común ver a una mujer parada en la ventana de esa casa.



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