Perrito lleva cuatro días esperando en una esquina a su dueño que murió atropellado



Cuatro días han pasado desde que falleció Carlos Reyes en la esquina en que se cruzan Los Pinos con la avenida Daniel Alcides Carrión, en el distrito de José Luis Bustamante de la ciudad de Arequipa, en Perú.Pero Duque, el perro que vivía con el adulto mayor, aún lo sigue esperando en aquella esquina. Y los vecinos del lugar no saben qué hacer para calmar su pena, mientras el animal se aferra a una colcha, un zapato viejo y unos cartones que su amo dejó.Acorde a lo que reporta el diario El Comercio, Carlos Reyes era un indigente de la tercera edad que vivía en la calle, dónde buscaba distintos sitios en los que poder armar con cartones y plásticos un lugar para dormir. Algunos que alcanzaron a conversar con él señalan que vino del norte de Arequipa, y otros que fue profesor y también cristiano, pero si bien su origen es incierto, todos coinciden en la amabilidad del anciano, quien lucía constantemente su amplia sonrisa, así como su amor por los perros abandonados.Y Duque Pistón es uno de ellos. Un perro callejero que fue abandonado por alguien mucho más insensible que Carlos, a quien conoció en la calle, y de quien no se separó hasta su último suspiro. Fueron cuatro años que alcanzaron a caminar juntos para todos lados, pero la esquina de la calle Los Pinos con la avenida Daniel Alcides Carrión, donde comían y dormían juntos, fue su última morada.El fatídico hecho ocurrió la noche del sábado pasado, cuando un camión atropelló a Carlos y se dio a la fuga.Acorde a los reportes de los medios del país vecino, cuando llegaron los bomberos al lugar el can estaba ansioso, y con una de sus patas tocaba en la espalda a uno de los hombres que intentaban salvar a su dueño. Cuando Carlos fue subido a la ambulancia, Duque intentó hacer lo mismo, pero no lo dejaron.Pablo, un mecánico que trabaja en un taller cercano, indicó que el perro “Corrió detrás de la ambulancia hasta el hospital, ahí se quedó un tiempo esperando a que salga y luego regresó hasta esta esquina. Aúlla en las noches y no ha querido comer, está triste, no quiere moverse de este lugar”.Cuando este miércoles en la mañana los trabajadores de limpieza de la municipalidad de Arequipa intentaron llevarse los cajones y el zapato que dejó Carlos aparecieron los vecinos para impedirlo.Señalaron que Duque necesita un hogar, y aunque algunos quieren hacerle una casa para que siga en el barrio, otros creen que lo mejor es que tenga una nueva familia que lo ayude a superar la pérdida.Mientras espera una familia adoptiva, Duque ahora se aferra a la silueta del cadáver de su amo que hizo la Policía Nacional en el lugar que fue atropellado.



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