Novak Djokovic se coronó campeón del Masters 1.000 de Madrid



El tenista serbio Novak Djokovic no dio opciones al griego Stefanos Tsitsipas y conquistó este domingo por tercera ocasión en su carrera el Masters 1.000 de Madrid, en España, tras imponerse con parciales de 6-3 y 6-4 en poco más de una hora y media de juego. El número uno del mundo se quedó con todo el espectáculo en la Caja Mágica. Pese a las dudas con las que llegaba, el de Belgrado se coronó tras un gran partido y unió este triunfo a los conquistados en 2011 y 2016, igualando al español Rafael Nadal en el récord de Masters 1.000 conquistados, con 33, y cogiendo fuerza para su intento de ganar su cuarto ‘Grand Slam’ consecutivo en París. El joven tenista de Atenas no tuvo la fórmula en esta ocasión para contrarrestar al balcánico. Quizá le pudo pesar el maratón en sus piernas ya que llegó a Madrid como campeón en Estoril, ha alternado en la Caja Mágica también el cuadro de dobles y acabó su semifinal ante Nadal cerca de la medianoche, pero nunca pudo con el campeón, firme con su saque y demoledor desde el fondo de pista. Ni una opción de quiebre dio ‘Nole’ con su servicio al griego, cuya mejoría en el segundo set no le bastó porque siempre estuvo amenazado por el jugador balcánico, que se marcha de Madrid sin haber cedido ningún set y con un refuerzo en su moral después de que hubiese estado lejos de su nivel tras ganar en Australia. Djokovic salió advertido del peligro de Tsitsipas y se mostró arrollador desde el principio. Su resto, uno de los mejores del circuito, funcionó y logró romper muy pronto para poner un óptimo 3-0 en el marcador, que el ateniense no pudo ni siquiera inquietar. ‘Nole’ jugó muy agresivo y muy profundo para desconectar al griego, martilleado tanto por el ‘drive’ del número uno del mundo como por su revés a dos manos, con los que repartió a partes iguales sus 14 ‘winners’ de la manga. Tsitsipas sólo pudo tener opciones cuando su rival jugó con segundos, pero lo máximo a lo que aspiró fue a varios 30-30. En el segundo set, el panorama no cambió demasiado, sobre todo porque aunque el griego mejoró, el serbio no aflojó y enseguida amenazó de nuevo el saque de su oponente, que salvó un peligroso 15-40 al inicio para mantener la emoción. La igualdad se mantuvo durante toda la manga, pero el de Belgrado aceleró cuando llegó el momento de la verdad. Así, tras ganar su saque en blanco, presionó en el noveno juego y con grandes golpes logró el break clave que le dio el título número 74 de su carrera.



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