¿Quién era el periodista asesinado en Playa del Carmen?



Francisco Romero Díaz tenía la noticia primero que nadie. Se hizo famoso en Playa del Carmen, Quintana Roo, por sus transmisiones en vivo desde el lugar de los hechos. Si había un homicidio, un choque o una detención, la propia gente le avisaba por las redes sociales y nuevamente era el primero en llegar. Hasta que la madrugada de este jueves fue asesinado.
Uno de sus amigos y socios, Andrés Palafox, lo recuerda como un joven alegre, siempre solidario, buen compañero y echado para adelante. Lo conocían con el apodo del “Ñaca Ñaca”, que surgió porque Romero tenía labio leporino y eso le provocaba cierta dificultad para hablar, un problema de nacimiento que, en lugar de ser un obstáculo, se volvió su sello distintivo.
“Él decía: si no me entiendes no es mi culpa, no es mi culpa que no sepas hablar ñacañez. Porque él era el Ñaca Ñaca y su idioma supuestamente era ñacañez. Siempre jugábamos con eso”, recuerda Palafox.
Romero dejó una esposa viuda y un hijo huérfano que acababa de cumplir seis años. También dejó un exitoso proyecto periodístico, la página de Facebook Ocurrió Aquí, que con solo ocho colaboradores había llegado a tener 70 mil “me gusta”, en nueve meses. Tras ataques cibernéticos y ahora el asesinato de su fundador y cara más visible, fue cerrada definitivamente.
Ñaca empezó en el periodismo hace apenas cuatro años, casi por casualidad. Iba en su moto de repartidor cuando se cruzó con un suceso: una persona drogada robó una pipa de agua y se fue chocando automóviles por una avenida, hasta que la policía lo detuvo a balazos. Él empezó a transmitir en vivo y el video se volvió viral, cuenta Palafox. A la gente le llamó la atención su facilidad para comunicar la noticia, a pesar de su problema para hablar.
El video lo vio también otro periodista ya consolidado de la zona, Rubén Pat, que lo buscó y fue quien le enseñó el oficio. Juntos fundaron en 2016 el semanario Playa News, que llegó a tener 150 mil seguidores, cuando toda la población de Playa del Carmen es de 200 mil, presume Palafox.
Pero ahí empezaron las amenazas. El crimen organizado dejaba constantemente narcomantas y presionaba a los medios locales para que las reprodujeran, pero eso acarreaba que la banda rival quisiera enviar sus propios mensajes, o que intimidara a los periodistas. También los amedrentaban, cuando en una transmisión en vivo de alguna detención se alcanzaban a ver los rostros.
El Estado le dio protección a ambos, pero de poco sirvió: a Rubén Pat lo mató el 24 de julio de 2018, afuera de un bar, un supuesto vendedor de rosas.
Leer: Asesinan a balazos a Rubén Pat, periodista de Quintana Roo
La organización Artículo 19, que defiende la libertad de expresión, lanzó un llamado de atención este jueves porque días antes de Pat, el comunicador José Guadalupe Chan también fue asesinado, por lo que suman tres homicidios de periodistas en menos de un año en Quintana Roo.
Tras la muerte de su mentor, Romero fue trasladado fuera del estado y al cabo de un par de meses en un refugio, regresó y fundó Ocurrió Aquí, de nota roja pero también de mucho contenido político, sobre todo este año, que habrá elecciones para renovar el Congreso local.
Según Palafox, las autoridades locales empezaron a amedrentarlos e incluso llegaron a detener a reporteros de la página, con el argumento de que entorpecían la labor policiaca. Pero justo como transmitían en vivo, se veía el actuar de la policía y creaba más molestia.
Artículo 19 documentó al menos cinco agresiones en su contra este año, según informó en un comunicado. La primera el 7 de marzo, cuando fue detenido por policías municipales mientras cubría un accidente de tránsito, y dos horas después una funcionaria de esa corporación le dijo que el mensaje era que se calmara, de parte de Laura Beristain, alcaldesa de Solidaridad, municipio al que pertenece Playa del Carmen.
La siguiente agresión fue el 11 de abril: fue privado de su libertad por tres desconocidos que lo golpearon hasta perder el conocimiento,  agresión por la cual puso una denuncia formal ante la Fiscalía estatal, además de responsabilizar a Beristain por lo que le ocurriera.
Posteriormente hubo amenazas de muerte que recibía de perfiles falsos de Facebook. Además, la página de su medio de comunicación fue hackeada y nunca pudo recuperar el control. Pidió a la red social que la eliminara, pero esto nunca pasó, por lo que desde esa cuenta se han publicado falsas burlas a funcionarios locales, y acusaciones de que Romero estaba vinculado al crimen organizado.
En medio de todo esto, se le brindaron medidas de seguridad: un botón de pánico y dos escoltas, que no estaban con él al momento de su muerte. Artículo 19 condenó que Romero sea el cuarto comunicador que estaba bajo el Mecanismo de Protección a Periodistas y terminó muerto a pesar de ello.
A Palafox le resulta extraño que su amigo haya terminado golpeado y baleado en un lugar solitario, si solía ser muy cauteloso. Incluso cuando cubría un suceso, no se acercaba si no veía una patrulla o que ya estaba acordonada el área, para evitar riesgos o que se le fuera a vincular con lo ocurrido.
“Empezaron las amenazas fuertes cuando empezamos la parte política, tanto al Ñaca como a un servidor, y nuevamente se pidió el botón, se pidió lo de los escoltas. Tenía 15 días que el Ñaca tenía escoltas, pero anoche los mandó a dormir. Francisco era una persona que siempre estaba pensando en que todos estén cómodos. Él los manda a dormir, y aproximadamente a las 4 de la mañana se levantó y se fue, muy probablemente por un llamado de una nota”, explica.
Más allá de las acusaciones públicas que Romero había lanzado contra la alcaldesa, para su amigo el ambiente está muy contaminado por la política y el deseo del gobierno actual de mostrar una mejoría en la seguridad.
El lunes pasado, que hubo un enfrentamiento en un bar donde la Fiscalía reportó la muerte de una persona, ellos recibieron un video donde se veían siete cadáveres, asegura, y aunque el gobierno estatal instauró el mando único y tomó el control de la seguridad del municipio, hubo otros enfrentamientos en la semana, por lo que la ciudad estaba caliente y nadie en el poder quería que alguien como Romero evidenciara el problema. Solo sus seguidores.
“Francisco era el número uno, literalmente, en dar las noticias de todo lo que sucedía en Playa del Carmen. Era tanta la gente que lo seguía, que la gente solita le avisaba, o tomaba fotos y se las mandaba, y le decía ‘te paso estas fotos solo a ti’. Señoras, señores, niños, lo veían en la calle y lo paraban también para tomarse fotos con él, lo querían mucho, todo Playa del Carmen lo quería mucho. Y así lo vamos a recordar, con mucho cariño”, dice.
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