Felicidad y bienestar de la población


A menudo se nos pregunta por qué Dinamarca siempre se ubica entre los países más felices del mundo. Las razones son varias. Pero como en general los países nórdicos encabezan el ranking de felicidad, creo que en el caso de Dinamarca tiene que ver con el modelo de Estado, de bienestar, que compartimos; la sensación de vivir en una sociedad justa, participativa y equitativa. Los daneses pagamos impuestos altos. Y con esos ingresos el Estado financia la educación, la salud, las pensiones, etcétera. No hay duda que es más fácil sentirse feliz sabiendo que tus necesidades básicas están cubiertas.
Por otro lado, los daneses confían en que las autoridades administren bien sus impuestos. En el ranking anual del Índice de Percepción de la Corrupción, de Transparencia Internacional, Dinamarca siempre sale bien ubicado. De hecho, la confianza es uno de los pilares del Estado de bienestar. La confianza también es parte de la cultura empresarial danesa; uno puede asumir sin equivocarse que una empresa danesa te entregará tu producto de alta calidad y a tiempo.
El equilibrio entre trabajo y tiempo libre también produce felicidad. Los daneses tenemos una de las tasas de productividad más altas del mundo, pero no vivimos para trabajar; la semana laboral de 37 horas se respeta. Poder tener vida familiar a diario, y no sólo los fines de semana, crea felicidad.
¿Qué hacen los daneses en su tiempo libre? Se juntan, en familia o con amigos, y ahí aparece el ya internacionalmente famoso concepto “hygge”, incorporado el 2017 en el Oxford English Dictionary y este año en Le Petit Robert, el diccionario francés, ¡y no es fácil entrar en el idiomas francés! Está tan integrado en nuestra cultura que aparece en el idioma danés como substantivo, adjetivo y verbo: juntarse de manera informal, entre iguales, en un espíritu de consenso; compartir comida, una película, una cerveza o un café, en una atmósfera cálida y calmo, ya sea en una cafetería, en el bosque, la playa o en la casa.
La casa, la vivienda, también es importante para los daneses. Siendo el invierno largo y frío, la arquitectura debe asegurar buena aislación y espacios prácticos y acogedores que dejen entrar la luz, pero no el frío. Y con las exigencias de sustentabilidad, el desafío arquitectónico es crear casas e edificios con menos o nula emisión de CO2.
Pero lo interesante no es solo el diseño de la casa individual; si queremos ciudades para los seres humanos, el diseño de nuestros barrios juega un papel fundamental. Un diseño que invite a disfrutar del espacio entre los edificios, el espacio público, que es donde te encuentras con tu próximo, ¡tan fundamental para la felicidad! Y el equilibrio que los daneses siempre buscan. El ser humano es un ser social, por ende, políticas y diseño urbano que faciliten la interacción entre las personas son medidas que aumenta la felicidad. Muchas son las soluciones sustentables de estudios de arquitectos daneses, y esto es lo que vamos a mostrar en Chile en diciembre, en el marco de la Bienal de Artes Mediales y el COP25: una exposición de arquitectura sustentable nórdica.
Pero con anterioridad, gracias a una invitación de Inmobiliaria FG y la Universidad de los Andes, Meik Wiking, director del Instituto de la Felicidad de Dinamarca, ofrecerá una charla en Santiago el próximo 12 de junio. Este instituto investiga la percepción de felicidad de la gente, no como el “kick” de felicidad que da pasar un examen o ganar una medalla, sino la felicidad que emana de la sensación de estar contento con la vida cotidiana. Hace tiempo se investiga el estrés y las depresiones, pero si nos preocupamos por el bienestar general de la población, necesitamos también investigar cuáles son los factores que nos hace felices. El trabajo del Instituto de la Felicidad nos puede abrir la mente para incorporar nuevas medidas y parámetros en la política, en las relaciones empleador-empleado, y entre cada uno de nosotros.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.



Source link

Related Posts

Add Comment