Organizaciones de zonas de sacrificio y parlamentarios califican de “indignante” e “inaceptable” Plan de Descarbonización de Piñera


“El cronograma anunciado por el Presidente Sebastián Piñera de cerrar solo las centrales obsoletas en los próximos 5 años es inaceptable e indignante y no está a la altura del desafío ético y político frente al cambio climático y la grave contaminación local que padece la población en esas áreas”. Esta fue la dura respuesta de organizaciones de zonas de sacrificio y parlamentarios de todas las regiones que esta jornada se refirieron al esperado Plan de Descarbonización preparado por el Gobierno.
Si bien el Ejecutivo presentó su anuncio -que contempla el cierre de ocho termoeléctricas para el 2024 y el cierre total para el 2040- como un “hecho histórico”, para estos actores del sector el programa es a todas luces “decepcionante”. Los plazos son el primer reparo de las organizaciones ciudadanas a nivel nacional, junto a organizaciones territoriales de las denominadas “Zonas de Sacrificio” y 7 senadores y 20 diputados de diversas regiones.
Para estas organizaciones, es urgente “cerrar estas industrias a más tardar el año 2030, por su grave afectación a la salud y el medio ambiente local y sus altas emisiones de dióxido de carbono (CO2). Dejar abierto a la voluntad de las empresas el cronograma de descarbonización los próximos 15 años (entre 2025 y 2040), es renunciar a la función pública de los gobiernos de reducir la contaminación global y local reorientando las inversiones para limpiar la matriz eléctrica”.
A juicio de los firmantes, en el contexto de la crisis climática y de la vulnerabilidad de Chile ante este fenómeno, “el Gobierno debió concretar un proceso acelerado de descarbonización, en concordancia con lo planteado por la ONU que alerta que tenemos solo 11 años para actuar”.
“El cierre acelerado de las centrales a carbón al 2030, es la opción más costo efectiva para cumplir con el Acuerdo de París, y presentar una Contribución Nacional más ambiciosa ante la Secretaria de la Convención de Cambio Climático”, añaden.
Asimismo, los detractores aseguran que el programa de Piñera no se hace cargo de las zonas de sacrificio. “Las 28 termoeléctricas a carbón – 40% de la generación eléctrica chilena – se concentran en 5 comunas del país, generando graves impactos sobre la salud de la población y el ambiente en Tocopilla y Mejillones en la Región de Antofagasta; Huasco en Atacama; Puchuncaví/Quintero en Valparaíso; y Coronel en la región del Bio Bio. En estas comunas se superan las normas de calidad del aire y 4 de ellas han sido declaradas latentes o saturadas de contaminantes atmosféricos y sometidas a Planes de Prevención y Descontaminación, de lenta implementación”.
Cronograma alternativo
Al hacer un llamado al Gobierno “a asumir su responsabilidad con el futuro de Chile y del planeta, y a resolver el doloroso estado en que viven las comunidades locales afectadas por la contaminación de las carboneras”, los firmantes plantean una serie de exigencias.
Entre ellas, se cuentan el cierre de las 7 centrales más antiguas y obsoletas durante los próximos 2 años (entre 2019 y 2021), del 50% de las centrales a carbón, antes de 2025, y el 100% restante antes de 2030.
Asimismo, recuerdan que “recientes estudios técnico-económicos han mostrado que, si Chile logra cerrar las 28 termoeléctricas a carbón para el año 2030, el país lograría reducir del orden de 30 millones de toneladas de CO2 anuales, con lo cual cumpliría su compromiso internacional frente al Acuerdo de París y también los planes de Prevención y Descontaminación de Tocopilla, Huasco, Puchuncaví y Coronel, denominadas como zonas de sacrificio”.
Además, argumentan que esta medida es efectiva en términos de costo, “significando un costo de reducción unitario de las emisiones de CO2 de solo 6.1 dólares, la tonelada (USD/TonCO2), entre 2019 y 2038 (poco más que el actual impuesto verde), lográndose la reducción de 396 millones de toneladas de CO2 en dicho periodo”.
Adicionalmente, exigen poner fin al subsidio que actualmente reciben las carboneras a través del pago por potencia, y corregir, en el marco de la actual reforma tributaria la distorsión del impuesto verde a las emisiones.
Cabe recordar que el plan de Piñera además representa una contradicción flagrante en los planes de descarbonización para este 2019, dado que mientras el Gobierno anuncia el cierre este año de dos generadoras de la empresa francesa Engie, que sumadas sacan de circulación 170 MW del mercado eléctrico, hace menos de una semana esta misma empresa puso en funcionamiento una nueva generadora en base a carbón de 370 MW de potencia instalada, lo que significa que el impacto de crecimiento de las termoeléctricas es mayor que lo que se intenta reducir.



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