La Corte Suprema presentó un conjunto de medidas internas para modificar el proceso de nombramiento de jueces en medio de una serie de cuestionamientos públicos al actual mecanismo.
La crisis en el Poder Judicial de la región de O’Higgins y el fracaso de la nominación de la jueza Dobra Lusic como nueva integrante del máximo tribunal, generaron duras críticas contra la forma en que se renuevan los cargos en la administración de justicia.
Según propuso el Pleno de la Corte Suprema, el proceso partirá con un denominado “currículum ciego”, que implica que no se conocerán los nombres de los postulantes, los que luego deberán dar una prueba de conocimientos.
Además, establece que los concursos se harán transparente mediante audiencias públicas.
“Si se dice que en ese sentido estamos reconociendo que antes había menor objetividad, la respuesta es sí, porque el sistema del Código Orgánico de Tribunales es muy abierto, de tal manera que no coloca ninguna limitación y eso también ha conspirado un poco contra el proceso, porque el ir autolimitándose tiene las dificultades de que puede, de alguna forma, tomarse con la disposición legal”, reconoció el vocero del máximo tribunal, Lamberto Cisternas.
Este lunes, además el presidente de la Corte Suprema, Haroldo Brito, se volvió a reunir en el Ministerio de Justicia con el jefe de la cartera, Hernán Larraín.
Ya se habían la semana anterior, cuando el secretario de Estado le entregó los documentos con las ideas claves del proyecto anunciado por el Gobierno, enfocado en modificar el sistema de nombramiento de jueces a la Suprema, tras la fallida nominación de Lusic.
El próximo viernes se iniciará una mesa de trabajo conjunta para abordar tanto la propuesta del Poder Judicial, presentada hoy, como la que está elaborando el Ejecutivo para reformar el sistema general de designación de magistrados en tribunales.
