A propósito de democracia (y participación)


Señor Director:
Hace unos días fui, junto a otros muchos docentes del país, al seminario sobre las Nuevas Pruebas de Admisión para el ingreso de los alumnos a la Educación Superior, organizado por el DEMRE, la Universidad de Chile y el Ministerio de Educación. Ocurrieron varias cosas interesantes y se abordaron diferentes temas y propuestas discutidas previamente, por supuesto, por paneles de expertos y comités técnicos. Sin embargo, me quiero detener en una cosa en particular.
Las autoridades expusieron a cinco nuevos instrumentos que podrían llegar a ser las futuras pruebas que nuestros estudiantes realicen para ingresar a la educación superior. Nosotros, la mayoría de los profesores, escuchábamos atentos, a través de una pantalla y en una sala diferente a la de los expositores, sus propuestas y fundamentos sobre el por qué habría que asumir estos nuevos instrumentos. Los argumentos fueron variados: disminución de brechas, desarrollo de habilidades y competencias, equidad, proyección de éxito académico en el futuro, utilidad, entre otros. Algunos de ellos, sin duda, muy buenas noticias para nuestros estudiantes y para el país y otros bastante cuestionables. Las felicitaciones por el trabajo realizado iban y venían por parte de las autoridades, entre las que se contaban Juan Eduardo Vargas (Jefe División de Educación Superior, Mineduc), Leonor Varas (Directora del DEMRE) y Ennio Vivaldi (rector de la Universidad de Chile).
Entre las cinco pruebas presentadas no se encontraba ninguna relativa a la Historia o las Ciencias Sociales y nadie, en las cerca de cuatro horas que duró el seminario, mencionó este cambio. Ninguna autoridad de las nombradas anteriormente, ninguno de los comentaristas invitados como Harald Beyer (rector de la Universidad Adolfo Ibáñez) o Rosa Devés (Vicerrectora de Asuntos Académicos de la Universidad de Chile) y ninguno de los medios de comunicación que estaban presentes preguntó o hizo alusión a la desaparición de esta prueba (tema a reflexionar en otro momento). Y nosotros, los profesores, como simples espectadores, seguíamos escuchando y viendo lo que ocurría en la otra sala… Pero lo más interesante fueron las reiteradas veces que nos enfatizaron la importancia de nuestra participación en este evento, de lo fundamental que era contar con las observaciones y opiniones de los profesores y que no dudáramos en sentirnos coautores de este nuevo proyecto.
¿Acaso creerán que los profesores en particular, y la ciudadanía en general, no comprendemos en qué consiste la democracia y la participación ciudadana?
Y todo esto a través de una pantalla en el segundo piso…
Verónica Méndez M.
Historiadora y profesora



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