La foto del profe Aguilar: la lucha diaria del profesorado chileno


Señor Director:
Que “debemos tener una profesión docente atractiva, de calidad…”, “…es importante trabajar en mejorar el status de la carrera docente…”, “…un buen profesor puede marcar la diferencia…” cuantos discursos hemos escuchado de todos los colores respecto de esta realidad y la evidencia científica apoya estas declaraciones.
¿Qué señal está dando el estado en los últimos días?… ¡es increíble!, el presidente del colegio de profesores, la más importante institución de representación política del profesorado chileno, detenido durante una manifestación. La razón “el resguardo del orden público”.
¿De qué estamos hablando?, un gobierno que reacciona muy eficientemente cuando se trata del control, mediante el uso de la fuerza y que es incapaz de sentarse a dialogar con la asociación gremial encargada de formar a las futuras generaciones. Cuatro semanas de espera, con los niños de Chile en sus casas, yendo a almorzar a la escuela y nada más, planificaciones anuales cortadas, fracaso de miles de unidades dentro de los proyectos educativos.
Los que trabajamos año a año con profesores perdimos otro año, otra generación más afectada, y se prefiere actuar de manera autoritaria, determinando qué y cómo se debe hacer, poniendo el foco en los padres antes que en los profesores, claro, el cliente tiene la razón…
La crisis es brutal y se revela muy bien en la imagen del profesor Aguilar en su forcejeo con la policía. Es un deber de estado atender con primera prioridad al llamado del gremio docente, la lejanía del ministerio de educación con el Colegio es inaudita, inentendible y probablemente la causa de que sigamos estancados, con un sistema desconfiado de sus profesionales de la educación, que necesita evidencia, que necesita control, que necesita orden público. No se trata de no rendir cuentas, se trata de dejar la educación en las manos de los profesionales que se han preparado por años para esto.
La sensación del profesorado chileno en su relación con el aparato estatal es la foto de Aguilar. Atrapado, respondiendo a demandas que no tienen sentido, atrapado entre normativas que día a día los violentan.
¿Cómo vamos a educar en la confianza? ¿Cómo generamos comunidad? ¿Cómo construimos un mejor futuro? Las señales políticas que el Ministerio de Educación da, son de desconfianza, superioridad y falta de respeto con las y los educadores. ¡Ni con ellos ni con nadie!
Necesitamos validar a nuestros docentes y deber del estado enaltecerlos y respetarlos. Necesitamos más humildad y apertura, necesitamos una clase política que confíe en la labor docente y que la apoye… que esté dispuesta a escuchar.
Martín Bascopé
Sociólogo, Magíster en Economía y candidato a Doctor en Educación
Académico del Campus Villarrica UC



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