A ojo de buen cubero, hágase la austeridad en los bueyes de mi compadre…!!!



Y llegamos a julio, un mes temido por unos, amado por otros, pues las bendiciones han salido de vacaciones escolares, ahora sí “agárrate chucha, que ahí viene el ventarrón”, como dice mi comadre Toña quien vive en Pachuca, la bella airosa; por otra parte, todo parece indicar finalmente el Dios Tláloc volteó sus ojos a las tierras Purhépechas y ya estamos viviendo las primeras lluvias, las cuales dicho sea de paso, no sé por qué “tomaron por sorpresa” a las autoridades Municipales, respecto al desazolve de ríos, canales además de alcantarillas, en consecuencia resultaron las ya tradicionales inundaciones de nuestra hermosa ciudad, si en otros años el agua llegaba desde meses antes ¿acaso esperaban con la 4T también se transformaría la naturaleza y no llovería más? pero bueno, yo con el beneplácito de tener la oportunidad de intercambiar alguna reflexión con ustedes amables lectores, quienes finalmente tendrán la mejor opinión, pues yo aquí nomas soy el que escribe.
Hemos sido testigos del reiterado discurso del Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos acerca de la austeridad, como una medida del combate a la corrupción en las dependencias gubernamentales, lo cual, estoy seguro de primera instancia es bien visto por la gran mayoría de las y los Mexicanos, no digo la totalidad, pues a quien afecte en su bolsillo el destierre de ciertas prácticas, no le hará gracia. Sin embargo la reflexión en esta ocasión, va más encaminada a la forma en la cual se aplica tal medida, trataré de explicarme por qué con algunos ejemplos.
Aduciendo combate a la corrupción y como medida de austeridad, se han dejado de adquirir y surtir medicamentos e insumos de primera necesidad a hospitales y centros de salud públicos, suspendiendo tratamientos de enfermedades crónicas e incluso terminales, la cuestión es ¿se habrá tomado en cuenta la afectación causada a un diabético sin la insulina o a quien padezca cáncer sin la quimioterapia? Más aún, las operaciones programadas han sido diferidas por insuficiencia de médicos, ante el despido masivo realizado o bien por la falta de recursos materiales; en días recientes vimos personal del hospital Enrique Cabrera de la Ciudad de México, manifestándose afuera del nosocomio ante la carencia de insumos para atender a sus pacientes, desde una simple venda o jeringa hasta el propio medicamento.
En el mismo tenor de la austeridad, se ha realizado un enorme despido de trabajadores en diversas dependencias, lo cual se ha visto reflejado en el desempeño de las propias oficinas al retrasar los servicios, adivino su pensamiento amable lector -sin pretender ser Kalimán o Akinator- Usted acude a varias oficinas públicas donde ve a “las señoritas y señoritos” platicando o almorzando, ante una enorme fila de usuarios en espera de ser atendidos, pero ¿qué cree? esos son sindicalizados, es decir intocables, no los pueden despedir, más bien se ha prescindido de personal cuyo pecado es trabajar y no tener padrinazgos, los cuales tienen necesidad de sustento familiar, así como usted y yo.
Enfilándome hacia el cierre de mis comentarios no solicitados, pero de todos modos expresados, con la única intención del diálogo y reflexión con Ustedes, además de la esperanza de sensibilización de las autoridades para otorgarnos un mejor país, haré referencia de manera general a la falta de insumos básicos para el desarrollo de las actividades sustanciales en determinados órganos de gobierno: ¿se imaginan ambulancias, patrullas o unidades de apoyo y rescate sin gasolina? O bien ¿Fiscalías sin papel o tóner para imprimir denuncias o declaraciones? ¿Oficinas de Catastro con una sola persona para atender TODOS los traslados de propiedad derivados de juicios hereditarios? Pues sí, también eso estamos viviendo aduciendo medidas de austeridad.
La ciudadanía clama austeridad es cierto, pero real, congruente, no podemos hablar de ella realizando mítines multitudinarios con acarreo de personas provenientes de toda la república; con titulares de organismos usando, de manera personal, vehículos comprados del erario público y además solicitando ministración de gasolina; jueces federales con cuatro escoltas en el gimnasio para su custodia, cuando estos últimos podrían estar en la calle garantizando la seguridad. La austeridad en el ejercicio público es realizar la actividad para la cual está destinada la dependencia, con los recursos estrictamente necesarios, pero otorgando el servicio o satisfaciendo las necesidades ciudadanas ¿o Usted qué opina? esto es lo que a ojo de buen cubero percibe quien esto escribe.
Las opiniones vertidas en las columnas son de exclusiva responsabilidad de quienes las suscriben y no representan necesariamente el pensamiento ni la línea editorial de Monitor Expresso



Source link

Related Posts

Add Comment