Aunque tras la segunda temporada los actores de “La casa de papel” pensaron que nunca volverían a ponerse los overoles rojos, el éxito global que tuvo la ficción española hizo inevitable que el público quisiera más. Y desafió a sus creadores, que tuvieron que pensar cómo continuar una historia que ya estaba cerrada.
El resultado estará disponible mañana, cuando Netflix estrene la tercera temporada de la serie que sigue a la banda de criminales que, comandados por El Profesor (Álvaro Morte), llevó a cabo el atraco del siglo en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre.
Además de mayor presión el éxito de “La casa de papel” también significó que su creador, Álex Pina, contara con más recursos para hacer más grandilocuente la nueva entrega. Si antes la acción transcurría sólo en Madrid, ahora pasan por la pantalla países como Panamá, Tailandia e Italia, y distintos lugares de España.
A los antiguos personajes, como Tokio (Úrsula Corberó) y Nairobi (Alba Flores), se suman nuevos, como Palermo, interpretado por el argentino Rodrigo de la Serna, y Alicia Sierra (Najwa Nimri), una policía embarazada que busca atrapar al Profesor.
Dos misiones
En los nuevos capítulos éste último reúne a la banda para rescatar a Río (Miguel Herrán), que tras pasar dos años en una isla en el Caribe junto a Tokio fue capturado. Pero hay una segunda misión: robar el Banco de España.
La nueva temporada no sólo transcurre en varios sitios sino además en varias líneas de tiempo. Y reflexiona sobre su propio fenómeno: “Hemos inspirado a mucha gente en su lucha. Toda esta gente ya es de los nuestros”, les dice El Profesor a sus discípulos mientras les muestra fotos de personas de todo el mundo que con overoles rojos se han hecho parte de la resistencia que ahora deben continuar.
