A 184 años de la visita del naturalista Charles Robert Darwin a Iquique


“Anclamos en el puerto de Iquique, a los 20° 12’ de latitud sur”, así comienza la historia un 12 de julio de 1835 para el geólogo Charles Robert Darwin en nuestra querida Tierra de Campeones.
El clérigo de la obra titulada “El origen de las especies” y fuerte impulsor en la evolución paulatina de la vida a través de las inapreciables perturbaciones biológicas, se establece durante algunos días en nuestro Tarapacá. En esos tiempos, Iquique, era completamente diferente a como lo conocemos hoy, según Darwin en su obra un “Viaje de un naturalista alrededor del mundo” en el HMS Beagle, comandado por el capitán Robert Fitzroy, menciona que para inicios del siglo XIX la ciudad contaba con un millar de habitantes asentados en un pequeña llanura arenosa, al pie de una gran muralla de roca de por lo menos 2.000 pies de altura. Después de 184 años, podemos entender y complementar lo expresado por quizás, quien fuese uno de los últimos grandes naturalistas de la historia.
La llanura que Darwin describe, corresponde a la actual plataforma marina donde se establecen los cimientos de la ciudad de Iquique, la cual fue maquillada por detritos arenosos que forman la actual duna Cerro Dragón y cuyo origen se restringe a 18.000 años justo después de la última gran era glaciar que la tierra sufrió, es decir, hace 20.000 años. Por otra parte, los 2.000 pies de altura que alcanza muralla de roca hacen alusión a los casi 500 metros que alzan y que hoy en día se coronan con las históricas tierras del Alto Hospicio, cuyas raíces rocosas se habrían formado hace 25 millones de años, es decir, en el periodo de tiempo conocido como Mioceno, según dicen los geólogos.
Darwin, quien tras un paso frustrado, se iniciara por dos años como estudiante de medicina en la universidad de Edimburgo, y posteriormente, con la misma suerte, su carrera eclesiástica en el Christ’s Collage, es así, como el 27 de diciembre de 1831 zarpa desde el puerto de Plymouth con 22 años en el HMS Beagle. El joven inglés, cuyo propósito fundamental era completar los estudios hidrográficos de la Patagonia y la Tierra de Fuego, además de efectuar una serie de medidas cronométricas alrededor del mundo.
En la parte suroccidental de Sudamérica, Darwin recorre las costas de Chile desde el 1832 hasta el 1835, quizás, elucidar y comprender el particular interés en Iquique desde el viejo continente es bastante difuso. La influencia francesa por parte de Amadeo Francisco Frezier quien para ese entonces solo era un joven e ordinario ingeniero francés nacido en Chambery en el 1682 y que el 1716 publica su obra nominada como “Relación del viaje por el Mar de Chile y el Peru”, permite establecer una puesta en valor y conocer el estado del arte sobre el guano y los yacimientos argentíferos de Huantajaya de Tarapacá. La importancia geológica por parte de los ingleses en la región se debe fundamentalmente a George Smith y William Bollaert, el pionero de la tecnología del salitre, mientras que el segundo personaje podría ser catalogado como el primer geólogo de la región y superintedente de la mina Huantajaya, ambos juegan un rol fundamental en la visita y estadía de Darwin en Iquique.
Al siguiente día, Darwin parte rumbo a La Noria, en su relato menciona “y por cuatro libras esterlinas, arrendé dos mulas y un guía que me conduzcan al lugar donde se explota el nitrato de sosa”. Durante la madrugada, en su ascenso el 13 de julio para visitar los salitrales, escribe en su diario “para efectuar la ascensión de las montañas de las costa siguiendo un sendero arenoso que describe numerosas vueltas; pronto se ven Guantajaya y Santa Rosa”. El aspecto desolado y dominado por los espectaculares procesos geológicos, entregan a Tarapacá un hermoso aspecto que da cuenta de hace millones de años, es así como Darwin define “este es ciertamente es el primer desierto verdadero que he visto” para luego concluir “Desde cierto punto de vista, el aspecto del país es notable; está recubierto, en efecto, por una costra espesa de sal común y por capas estratificadas de aluviones salinos que parece que se han ido depositando a medida que la tierra se elevaba gradualmente sobre el nivel del mar”.
Es así como Charles Robert Darwin genera registros en nuestra ciudad de Iquique, y una marcada influencia en toda la ciencia y conciencia sobre la naturaleza en nuestras tierras.



Source link

Related Posts

Add Comment