Científicos proponen 8 medidas para evitar cambios “catastróficos” en océanos


Según expertos que trabajan en el Programa Internacional para el Estado del Océano, los mares del planeta se estarían calentando un 40% más de lo que preveía la ONU el 2015. Como consecuencia del calentamiento de las capas superiores del océano, se está alterando el clima mundial de las olas e incrementando la fuerza del oleaje. Junto a ello, existen indicios de que el océano podría empezar a liberar parte de la energía térmica almacenada, lo cual podría contribuir a un incremento significativo en la temperatura a nivel mundial en los próximos años.
“Estamos presenciando un incremento en la temperatura, las perturbaciones y la acidificación del océano, un aumento de las invasiones biológicas y la eutrofización y una reducción de los niveles de oxígeno. Algunos de estos fenómenos actúan como un trinquete: una vez que los cambios negativos o dañinos se han producido, puede ser que se instalen de forma permanente y ya no sean reversibles, especialmente a la gran escala que suponen los procesos biológicos oceánicos”, indica el documento ‘Ocho pasos fundamentales y simultáneos necesarios para restablecer la salud del océano’.
El equipo multidisciplinario de oceanógrafos, expertos en derecho, políticas y finanzas analizó y sintetizó las conclusiones de 131 artículos científicos sobre cambios oceánicos (120 de los cuales publicados en los últimos cinco años) con el fin de evaluar los cambios que se están produciendo y las consecuencias de no hacer nada al respecto.
Para evitar una potencial “catástrofe ecológica”, los expertos recomendaron ocho medidas con carácter urgente a aplicar en el futuro próximo. La primera y más importantes es continuar los esfuerzos por limitar el aumento de temperaturas a 1,5°C hasta el 2100, medida que va en la línea de lo propuesto por la ONU el 2015 en el Quinto informe de evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático. De concretarse la limitación, el aumento del nivel del mar sería 10cm más bajo, además de limitarse la extinción de los arrecifes de coral de un 99% a una cantidad entre el 70% y el 90%.
Otra de las medidas es colocar una fecha de término a la minería de aguas profundas. A día de hoy, existen 29 licitaciones de exploración, y el área comercial para la actividad minera se estima en más de 4 millones de kilómetros cuadrados. Según un estudio de Greenpeace, esta práctica podría agudizar el problema con el cambio climático al liberar el carbono almacenado en sedimentos marinos, o incluso interrumpir el proceso que ayuda a recoger el carbono y depositarlo en esos sedimentos. Este daño podría ir mucho más allá de los sitios de minado, lo que afectaría la biodiversidad y el ecosistema del océano profundo.
Dentro de las otras medidas urgentes IPSO cuenta el término de la sobrepesca y las prácticas pesqueras destructivas -pesca ilegal, no declarada y no reglamentada-; reducir la contaminación de las aguas marinas; conseguir un Tratado de alta mar sólido y hacer que se respeten las normas existentes para las Áreas Marinas Protegidas (AMP), especialmente las reservas marinas totalmente protegidas junto expandir su alcance para proteger un mínimo de un 30% del océano.



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