“Hemos tomado la decisión de rechazar la solicitud de la marcha (…) creemos que no reúne las condiciones mínimas”. Con estas palabras la intendenta metropolitana Karla Rubilar decidió no autorizar la polémica marcha anti inmigrantes convocada para este domingo en la Alameda.
La solicitud de la marcha bajo el nombre de “Marcha Nacional por la Chilenidad, a defender Chile, No a la nueva ley migratoria” fue ingresada por una organización denominada “Aún tenemos patria”. Contemplaba un trazado entre Plaza Italia hasta la estación Los Héroes entre las 12.00 y 15.00 horas.
“Después de recopilar todos los antecedentes, queremos decir que respetamos el derecho de reunión, pero también, ese derecho a reunión tiene que ser de manifestación pacífica (…) las marchas se autorizan siempre y cuando se cumplan los requisitos y acá hay un riesgo de orden público. Había un ánimo de violencia, de enfrentamiento que no podemos permitir”, precisó Rubilar.
La convocatoria estuvo marcada además por el llamado de algunos a concurrir armados, como lo hizo autodenominado grupo El Nacional Libertario. “Quienes asistan, vayan preparados para todo. No inicien la violencia, pero si hay que defender a las personas de los ataques de grupos anarquistas y comunistas, usted debe hacerlo, sin cobardía y por el bien del país”, añadieron. A esto se sumaron llamados de grupos antifascistas en redes sociales a realizar una contramarcha.
Tomando en cuenta estos antecedentes, según la intendenta Rubilar “esta marcha está convocada para el día del niño y especialmente, habrá muchos pequeños circulando por el sector para dirigirse al Parque Metropolitano (…) por lo que hemos tomado la decisión de rechazar la solicitud de la marcha para el domingo y llamamos a no asistir a la marcha y vamos a tomar los resguardos para que nadie pueda marchar ese día, ni a favor ni en contra”.
La postura del Gobierno
La actitud del Gobierno frente a la marcha había sido fuertemente cuestionada desde la oposición. Hasta antes de la decisión de la Intendencia, en el Ejecutivo las declaraciones eran tibias.
“Aquí hay libertad en el derecho de reunión, más allá de lo que uno piense… Hay marchas que a uno le gustan y que a otros no les gustan”, dijo el ministro del Interior Andrés Chadwick, mientras el Presidente Sebastián Piñera sostuvo esta mañana que “en Chile hay libertad de expresión”.
Antes, en la comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados se emitió una declaración solicitando expresamente que no se autorice esta marcha. La bancada DC, a través de un oficio dirigido al ministro Chadwick, pidió adoptar medidas ante la “gravedad de la petición de asistir al evento con armas” y expresó su preocupación por una actividad “que más bien parece una arenga de incitación al odio y la violencia”.
Para la diputada comunista Carmen Hertz, por su parte, se trata de una “convocatoria grave para la convivencia democrática” y catalogó la marcha como “xenófoba, racista, brutalmente odiosa”.
