Futuro 21, el continuismo simplista de los Chuchos – La Opinión de Javier Lozano



¡Ahí están, en primera fila!, los principales arquitectos de la debacle del PRD
Aquellos personajes que se abrazan de la izquierda, pero que en los hechos, se sujetan de un anacronismo, bajo el doble discurso desgastado. Sí, los llamados Chuchos, una vez más abren un episodio que se distingue por el cinismo, como mecanismo de supervivencia en el plano político. La tentación del poder, coincide con esa patología demagoga y sintomática que reflejan estos perfiles.
Su proyecto, no es más que la apropiación de una estructura como expresión, para adentrar en el escenario público. Sin embargo, cargan en la memoria histórica de muchos militantes, el haber despedazado al PRD por la intransigencia.
No hay que ser tan ingenuos para percatarse que estas figuras, no tienen coherencia, ética y credibilidad de lanzar un proyecto, cuando demolieron un pensamiento doctrinal, que había transformado la vida institucional de nuestro territorio, a través de pactos, alianzas, acuerdos, corrupción y un sinnúmero de elementos irresponsables que desdibujaron al partido
Los relatos políticos, han mostrado un pragmatismo exponencial de una camarilla, bajo el liderazgo de Jesús Zambrano y Jesús Ortega. Si, estos personajes reaccionarios al viejo sistema político, deterioraron por muchos años a uno de los partidos que acaparo las simpatías de un sociedad, que alimentaba la esperanza de un cambio sustancial y democrático. Sin embargo, la narración histórica, muestra que las pugnas internas de las tribus, el pacto por México y la fatídica coalición con el PAN, debilitaron de forma masiva a estas figuras, que únicamente buscan los espacios del poder, y las prerrogativas que otorga el sistema.
Es evidente que esa visión y doctrina política, se debilito ideológicamente, porque existió una inclinación y un servilismo muy evidente al conservadurismo del PRIAN. Esa relación tan explícita con la derecha, colapso no solo al Partido de la Revolución Democrática, sino que permitió la afluencia exponencial hacia Morena. Ahora, navegan con el discurso antilopezobradorista, como la palestra principal de una nueva plataforma que va sustituir al PRD.
Primero el pacto por México, cuyas expectativas detonaron en una regresión a los altos costos de distintos productos; una mayor desigualdad social, y un clima que fue desgranando un sinnúmero de fracasos por la abundante insatisfacción que mostraban millones de mexicanos.
Pero la intransigencia prolifero aún más, por la voraz ambición de llegar al poder, con uno de los partidos antagónicos en ideología como el PAN; eso, evidentemente fue descenso que desgasto no solo sus principios ideológico, sino esa estructura que durante 30 años, construyo el perredismo en nuestro país. Indudablemente, de eso deviene el fracaso que trunco las esperanzas de un gobierno de coalición, que en términos políticos, constituyo el arrebató grotesco por las candidaturas. Eso fue por “México al Frente, una plataforma variopinta que representaba el refugio de la sobrevivencia del PRD, y el cinismo irracional de Anaya, quien desquebrajo medio partido, ante la aventura de trepar a la silla presidencial.
Ahora, constituyen un esquema que suma a diferentes actores que han impulsado un desarrollo político en nuestro país. Panistas, Priistas y Perredistas que han mostrado un júbilo que proviene del descontento que esbozan por la cuarta transformación, o más bien, por el beligerante clima que tienen con López Obrador. La efervescencia ilusionaría de construir un contrapeso, está en un terreno titubeante, porque muchos de estos perfiles, han desvirtuado el hilado compromiso con la democracia, ya que el corazón de su narrativa, sigue radicando en un abanico de exacerbación, que se disfraza de una imagen simulada de la pluralidad, que no atrae, ni mucho menos arrastra un efecto notable entre la sociedad.
El propósito central, es engendrar un bloque que paulatinamente valla ganando simpatías a través de la polarización y la ofensiva propagandística antiobradorista; aliarse con aquellos sectores que en buena medida, han mostrado el desdén por el nuevo gobierno. A pesar de ello, solo oxigenan por ese pulmón de la irreflexión de su decadencia, a fin de alimentar una quimérica base que contrarreste el fenómeno de AMLO, que con nitidez, se ha posicionado con una legitimidad dominante y exponencial.
Futuro 21, busca capitalizar alguna posible fractura de la 4T; una crisis que permita penetrar a la agenda pública, a través de la polarización y el ataque frontal hacia el presidente, por medio de una versión que encarne los valores, la democracia y la corriente de opinión que valla esbozando una dirección sólida para las elecciones del 2021, y un factible escenario de adhesión de todos los partidos contra Morena.
El desafío es mayúsculo, ya que existe una desconfianza por estos personajes, que han demostrado un interés desmedido por el poder. El timón, seguramente lo querrán tomar los Chuchos, porque están acostumbrados a meter las manos y renunciar aquellos principios que hipotéticamente han abanderado durante años.
Futuro 21 no tiene porvenir, porque es: el continuismo de aquellos episodios vergonzosos de por “México al Frente”. ¿Quién se suma? ¿Fox? ¿Calderón, y México Libre? ¿Priistas desilusionados por los fraudes y albazos?
La metamorfosis del PRD a Futuro 21, será el trama de una oposición que tendrá una remembranza en la fallida coalición que arrebato por completo la estructura del PRD.
Sin embargo, parece que el escenario se va ensombrecer aún más, porque la inclinación hacía las elecciones intermedias, marca una clara tendencia para Morena; eso, sepultaría por completo el desencanto que ha mostrado la sociedad por estas figuras, que en términos políticos, se ha traducido en una crisis profunda, que se gestó por la amnesia sistemática por las causas colectivas; los proyectos sociales progresistas, son la sinopsis que ha estado plagado de un servilismo mayúsculo que nos hizo refleccionar, sobre el desempeño más simplista y cínico que no contagia la esperanza y el crédito, cuya vocación sea el aliento elocuente para transformar un contrapeso.
Los “Chucos claudicaron con esa base ideológica del PRD. Su arrogancia encerró la esperanza de aquel perredismo que tomaba un impulso relevante, por el programa progresista que nacía de aquella aplanadora dominante del sistema del PRI.
Nos vemos pronto
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