Chile se está secando: descenso de aguas superficiales causa preocupación a nivel nacional 


Conocer la cantidad de agua disponible en las cuencas de nuestro país corresponde a una información clave al momento de tomar decisiones públicas, ejecutar políticas y planificar nuevos proyectos sobre todo considerando que los recursos hídricos están entre los más afectados por el cambio climático. Según diferentes modelos y estudios de proyección, en Chile habrá menos disponibilidad de agua en las próximas décadas. Al mismo tiempo, la actualización del Balance Hídrico Nacional, solicitada por la Dirección General de Aguas (DGA) del Ministerio de Obras Públicas a un equipo de especialistas de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM) de la U. de Chile, indica que actualmente tenemos en promedio entre un 10 y un 37 por ciento menos de disponibilidad de agua que hace 30 años atrás.
Según cifras entregadas por la DGA en septiembre del año pasado, los embalses en Chile presentan un déficit del 23% respecto con sus promedios históricos y según el Instituto de Recursos Mundiales, Chile se encuentra actualmente dentro de los 30 países con mayor riesgo hídrico al 2025, pero ¿qué significan en la practica todas estas cifras?, ¿cómo afectan a la población y al medio ambiente en lo concreto?
La crisis hídrica
No es novedad para nadie que Chile enfrenta una importante crisis del agua. Hace unos años se hablaba de que el agua era un recurso natural, renovable e ilimitado. Pero hoy esa idea ha cambiado principalmente debido al desarrollo económico de los países, al crecimiento de población y al cambio climático. La visión actual es de un renovable pero limitado, que presenta una importante escasez en nuestro país y cuya conservación se ha transformado en la preocupación de todas las autoridades.
La mala gestión de este recurso en conjunto con la sequía son las principales causas de este problema que tiene una incidencia directa en la economía nacional y en la calidad de vida de las personas. Este año es el octavo que nuestro país se enfrenta a una fuerte sequía, situación que no parece tener cambio en el corto plazo y que presenta una mayor probabilidad de ocurrencia en el norte y centro del país provocando un desequilibrio geográfico importante.
El agua es el sustento de los ecosistemas y nos permite realizar todo tipo de actividades cotidianas. Según el Movimiento de Defensa del Agua, la Tierra y la Protección del Medioambiente, en nuestro país, la agricultura es el sector más demandante que consume alrededor del 77%, seguido por la industria (9,1%), minería (7%) y agua potable y saneamiento (5,9%) por lo que todos estos sectores se ven afectados con la escasez hídrica.
Escasez de aguas superficiales
El Instituto de Recursos Mundiales (WRI), en su reciente actualización sobre ranking global de estrés hídrico, ubicó a nuestro país en el lugar 18, de países con estrés extremo. Los efectos de falta de lluvias son ya fácilmente comprobables: dos regiones, Coquimbo y Valparaíso, están declaradas como zona de emergencia agrícola y varias localidades están bajo escasez hídrica mostrándose pérdidas importantes en la producción agropecuaria.
Por otra parte, las aguas superficiales continentales son aquellas que corren por la superficie de suelo y que se originan producto de precipitaciones de agua lluvia y nieve en las cuencas, Así, según un reporte la Fundación Chile 2018 en la zona norte de nuestro país existe una fuerte presión sobre el recurso hídrico de la zona, denota una urgencia máxima para el ordenamiento de la oferta y la demanda. En estos casos la baja disponibilidad de agua es un factor limitador del desarrollo económico.
Estas aguas superficiales han disminuido a lo largo de los años, algunos claros ejemplos son el lago Caburgua, el río Huasco, el río Copiapó, el lago Colbún y la desaparición de la laguna Aculeo provocando un cambio importante, como lo son dejar tierras agrícolas incultivables, animales sin alimento, e incluso a la gente sin agua para sus necesidades básicas. También perjudicó las actividades como el turismo que se desarrollaban en la zona. Algunos embalses también se han visto afectados.
Según los estudios existentes en el país, se muestra un retroceso o pérdida de masa sufrida por los glaciares, que también respondería a los efectos los cambios del cambio climático.
Las aguas subterráneas son una de las mayores reservas mundiales del recurso, que abastece a una gran parte de la población mundial, sin embargo, este recurso es uno de los menos conocidos y estudiados hasta ahora porque podrían contribuir en la escasez de agua que estamos viviendo.



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