La iniciativa se gesta desde la preocupación de un grupo de profesores del Departamento de Derecho Público de la U. de Valparaíso, ante el deterioro de la imagen del Tribunal Constitucional y las dificultades que ha presentado su práctica política e institucional en los últimos años. Según explicó el académico de Teoría Política y Derecho Constitucional de la Escuela de Derecho de la U. de Valparaíso, Jaime Bassa, “como académicos de una universidad estatal, creo que tenemos un deber especial frente la marcha de las instituciones de la República, especialmente cuando un estudio crítico puede contribuir a identificar y solucionar los problemas que presente su diseño e implementación. El contexto de crisis de la democracia representativa, así como de algunas de las instituciones constitutivas de nuestra convivencia democrática, nos obliga a reflexionar de manera crítica, desapasionada y desinteresada y abierta a la ciudadanía”.
El ciclo tiene por objetivo discutir propuestas concretas de reforma y rediseño al TC, las que serán elaboradas desde la Universidad para someterlas a una discusión pública en la que participarán distintos actores públicos. Así, en cuatro sesiones se revisará y someterá a escrutinio público un tema específico del TC, como control de constitucionalidad y estatuto de los integrantes del TC, su falta de control, el intervencionismo que hace del ciclo político y la instrumentalización del recurso de inaplicabilidad para paralizar juicios, entre otros, a fin de que se expongan propuestas que permitan su mejoramiento.
Las sesiones se realizarán en la Facultad de Derecho de la UV entre septiembre y noviembre. Solo el segundo será en Santiago, el jueves 26 de septiembre en el Ex Congreso en la sala los Presidentes. En las instancias se convocará a líderes políticos para discutir, en un “debate abierto”, las propuestas concretas de reforma al TC.
El presidente del Senado, Jaime Quintana, aseguró que “ante el debate que se está abriendo en la opinión pública, a nosotros nos interesa mucho construir opinión, tener una opinión lo más consensuada posible dentro del Senado, lo cual que es parte de los ejes con los cuales asumió esta mesa hace cuatro meses, que nació con la idea de fomentar la participación y, por lo tanto, lo que queremos hacer es justamente lograr un ciclo de seminarios sobre el tema de la justicia constitucional. Queríamos dar un paso más allá y firmar un protocolo, para así poder trabajar estas materias contando con colaboración de manera más sistemática y enfocada”.
La “explosión” del recurso de inaplicabilidad
Juan Carlos Ferrada, impulsor y coordinador del ciclo de seminarios y académico de Derecho Administrativo de la U. de Valparaíso dará comienzo a las sesiones, y señaló que el cuestionamiento que se le viene adjudicando al TC se debe a sus propias actuaciones.
“Hoy día, la estadística indica que tenemos más de mil recursos de inaplicabilidad por año. Se partió con 50 y hoy estamos en más de mil”, lo que según Ferrada, ocurre porque el recurso de inaplicabilidad se ha concentrado en ciertas materias, provocando una explosión del mismo.
“Se ha concentrado mucho en materia de aplicación de la famosa Ley Emilia, se ha concentrado mucho en el tema de la Ley de Armas, que tienen una regla parecida de no encarcelación. Pero también se ha concentrado en materia laboral en el último tiempo y ahora está llegando en temas de Derechos Humanos”, explicó.
El TC protagonizando la política
Con respecto al nombramiento de los jueces al interior del organismo, Ferrada opina que “no están llegando a ser jueces constitucionales las personas que tienen las mayores capacidades para eso y esto ha ocurrido porque el TC, cuando asume un rol tan protagónico en la política, como ha ocurrido con el caso chileno, entonces, los partidos políticos quieren poner a sus propias personas”.
“Los países donde los tribunales constitucionales han sido exitosos, como en Alemania, el órgano se cuida mucho de intervenir muy episódicamente en el ciclo político. El respeto por la ley es muy grande, entonces, el TC no puede entrar a discutir cada decisión legislativa porque no es el legislador”, precisó.
“Los alemanes tienen un concepto muy claro de que el TC tiene que ajustarse a un principio de deferencia y ese principio lo obliga a decir que yo no puedo cuestionar permanentemente al legislador. Solo se puede cuando no tenga ninguna duda de que la norma es inconstitucional”, detalló.
En este sentido, el docente señaló que “en Chile, el TC ha estado permanentemente interviniendo en el ciclo político y sustituyendo a los órganos políticos legitimados por los ciudadanos en las opciones que toma”.
