Algunos recordarán el “boom” de la moneda virtual sobre el final del año 2017, donde su precio llegó a coquetear con los u$s 20.000. Sin embargo, al cabo de 12 meses su cotización se desplomó hasta tocar los u$s 3.200 en diciembre de 2018. Por esos tiempos, diversos analistas económicos pronosticaban el fin de la “burbuja Bitcoin” y la eventual desaparición de la criptodivisa. Pero, pese a sus detractores, la moneda digital volvió a experimentar una racha alcista durante el año pasado, donde subió casi u$s 10.000 en seis meses. Evidentemente, se trata de un activo cuyas variaciones de precio son bruscas e impredecibles. Pese a esto, existe un consenso generalizado dentro de la comunidad Bitcoin que pronostica un alza en su cotización dentro de los próximos meses. El optimismo reinante tiene sus fundamentos en el evento llamado “halving”. Se trata de una reducción a la mitad en la recompensa que reciben quienes “minan” la criptomoneda. El término “minar” responde al proceso mediante el cual, a través de complejos cálculos computarizados, se generan nuevos Bitcoin. Pero este el proceso de “creación” tiene un límite: al llegar a las 21 millones de unidades, el código de la criptomoneda no permitirá la emisión de nuevas monedas. Para hacer sustentable y redituable en el tiempo el proceso de “minería”, Bitcoin también limita la capacidad de creación de las computadoras. De esta manera, el próximo “halving” que ocurrirá dentro de tres meses disminuirá la recompensa de “minar” desde las 12.5 unidades actuales hasta las 6.25 cada 10 minutos.
De esta forma, la criptomoneda estrella posee una característica fundamental para entender e intentar predecir el precio de cualquier activo económico: la escasez. En nuestro caso, el hecho de que el “halving” vaya a recortar la cantidad de unidades ofertadas en el mercado, indica que el precio del Bitcoin debería elevarse. Sin embargo, los detractores de la moneda digital plantean una objeción razonable para cualquier activo negociable: debido a que la noticia es pública y conocida de antemano, la eventual suba de precio ya estaría descontada en su valuación actual. Pese a esto, si observamos las reducciones en la recompensa a la “minería”, nos encontramos con un alza marcada en la cotización de la criptomoneda durante el período posterior al evento. El primer “halving” ocurrió en el 2012, lo cual repercutió en una escalada de 9.336,36% en su precio en sólo un año. El segundo evento fue en el 2016 y generó un aumento del 288.66% durante el año posterior. Debido a que en el pasado este evento también era conocido por todo el mundo, existe un consenso general con perspectivas alcistas. Incluso el debate dentro de la comunidad no se desarrolla sobre el alza o la baja en el precio de la criptomoneda, sino que las opiniones giran alrededor de cuanto puede llegar a subir durante este año.Podemos estar de acuerdo o no con la capacidad de Bitcoin para ser utilizado como moneda para realizar transacciones corrientes. Existen numerosos debates sobre la posibilidad de existencia de una moneda no respaldada por un Banco Central. Hay quienes lo denuncian como una estafa y quienes dicen que es la moneda del futuro. Pero lo que no se puede negar es que existe un optimismo generalizado sobre la capacidad de la criptomoneda más importante del mundo en elevar su precio en el corto plazo, se trate o no de una burbuja especulativa. Sin embargo, nadie tiene la certeza de que la criptomoneda seguirá su precedente histórico o aparecerá algún factor bajista que los analistas ignoran.En esta nota:
