Le pidieron autorización de sus padres a un abuelito de 101 años para que pudiera hacer un trámite



El insólito hecho ocurrió en la ciudad de Londres, Inglaterra, cuando Giovanni Palmiero, ciudadano italiano pero que vive ahí desde 1966, se presentó a hacer un trámite luego de la confirmación del “Brexit” (la salida del Reino Unido de la Unión Europea), con el objetivo de obtener la ciudadanía inglesa en consideración a los más de 53 años que lleva viviendo en ese país.No es difícil de imaginar la sorpresa, y molestia del adulto mayor, de 101 años, cuando al realizar este trámite le pidieron que ingresara los datos de contacto y residencia de sus padres para seguir adelante con el trámite.Acorde al medio inglés The Guardian, el centenario italiano vive en un residencial para ancianos en Islington, en el norte de Londres, e inició el trámite vía web con la ayuda de un voluntario que colabora en el hogar, en este caso Dimitri Scarlato, activista del grupo de campaña the3million, que busca ayudar legal y administrativamente a los europeos residentes en Reino Unido para afrontar el “Brexit”.Para Dimitri fue fácil comprender que había un serio error tecnológico, recuerda que “Inmediatamente me di cuenta de que algo andaba mal, porque cuando escaneé el pasaporte, el sistema importó los datos biométricos no en 1919, sino en 2019. Luego se saltó la sección de reconocimiento facial, que es lo que hace con niños menores de 12 años”.El activista además indicó que la situación “Me sorprendió. Llamé al Ministerio del Interior y les tomó un tiempo entender que fue culpa de la aplicación y no mía”.Finalmente el Ministerio del Interior inglés aceptó el error y recopiló los datos de identidad de Palmiero por teléfono, pero la burocracia no fue amable con él.Al anciano se le pidió que proporcionara una prueba que acreditara cinco años de residencia el país, pese a que el Ministerio del Interior debería tener acceso a los registros nacionales de impuestos y seguros para respaldar la residencia fiscal continúa de Palmiero, quien “Trabajó en un restaurante en Piccadilly y, hasta los 94 años, en una tienda de pescado y papas fritas. Trabajaba hasta las 11 de la noche”, como recuerda su hijo Assuntino.La situación vivida por el hombre que lleva 75 años casado con su esposa Lucía, de 92 años, y tiene cuatro hijos, ocho nietos y once bisnietos, “Es como una humillación. Una persona ha estado aquí por tanto tiempo y de repente esto sucede. No estoy preocupado, pero es completamente injusto para los ancianos”, indicó su hijo, ya que aunque el error parece ser solo una falla de computadora pequeña “no es un error pequeño”, porque el sistema de computadora “solo reconoció los dos últimos dígitos del año de nacimiento (…) Es más una molestia que cualquier otra cosa. Mi padre no va a ser expulsado, pero las personas de su edad no deberían tener que pasar por este proceso. Deben obtenerlo automáticamente”.



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