Guzmán busca “recomponer la curva de rendimientos en pesos”



La estrategia diagramada por Martín Guzmán para tratar los vencimientos de deuda fue rectificada en su visita al Congreso de la Nación. La táctica para los títulos nominados en pesos se basa en canjear voluntariamente sus vencimientos por otros papeles a mayor plazo. En caso de que los acreedores no acepten el canje, el gobierno paga integralmente el valor del bono en la fecha pactada.

Sin embargo, el vencimiento del bono dual encendió las alarmas. El “reperfilamiento” compulsivo del título frente al fracaso en el canje voluntario volvió a generar dudas sobre la capacidad del gobierno de “recomponer la curva de rendimientos en pesos”. ¿De qué se trata? 
La frase hace referencia a la capacidad del tesoro de endeudarse en el mercado local, es decir, poder tomar pesos prestados y comprometerse a devolverlos a una determinada tasa de interés. Esta posibilidad, fundamental para el financiamiento de cualquier gobierno, había quedado cerrada como consecuencia del “reperfilamiento” compulsivo realizado por el ex ministro Lacunza durante el mes de agosto. La postergación forzada en los vencimientos de las letras en moneda local desembocaron en la imposibilidad de acceder al fondeo en pesos. Simplemente, nadie quiso prestarle más pesos al gobierno, sin importar la tasa.

Uno de los primeros objetivos en materia económica de la nueva administración fue “recomponer” su capacidad de financiamiento en el mercado local. Guzmán tuvo su debut a fines de diciembre, donde logró colocar deuda por unos $18.800 millones. A partir de ese momento, el horizonte del gobierno parecía tomar forma, realizando canjes voluntarios y colocaciones de títulos en pesos a una tasa razonable.

Pero, el mencionado fracaso del bono dual llena de dudas el futuro del mercado local de deuda. Con la experiencia de un canje aceptado por sólo el 10% del valor al vencimiento del bono y un segundo intento declarado desierto, las perspectivas para las próximas colocaciones se tornan difíciles. Haber afirmado que todos los vencimientos de deuda en moneda local se pagarían y luego no hacerlo tiene sus consecuencias en la confianza de quienes invierten en papeles argentinos.
Desafíos
 
Según el calendario oficial de licitaciones de letras y bonos del tesoro, el jueves 20 y el miércoles 26 de febrero el gobierno probará su suerte en el mercado. El gobierno viene de colocar letras con vencimiento a abril (a una tasa anual del 38%) y agosto (al 43%) por un valor de $6.400 millones, un monto sensiblemente menor del esperado: $10.000 millones. Evidentemente, el ministro Guzmán deberá pagar las consecuencias en el mercado local del traspié en el bono dual.  Está por verse hasta dónde estará dispuesto a llegar el gobierno para lograr su objetivo de “recomponer la curva de rendimientos en pesos”. Para lograrlo, dispone de un único instrumento: la tasa de interés. Por un lado, empuja para abajo la tasa de referencia local mediante intervenciones en la tasa de Leliq, en su intento por reactivar una economía real paralizada. Por el otro, deberá convalidar rendimientos lo suficientemente atractivos para atraer a inversores desconfiados al mercado de deuda emitida por el tesoro en moneda local. En esta nota:



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