Promoción de la parentalidad positiva en contexto de crisis social



Las movilizaciones ciudadanas ocurridas en Chile durante los últimos meses y los variados conflictos que se han suscitado en diversas regiones, han influido en la instalación de un clima social marcado por la incertidumbre, el malestar y la desconfianza.
Esta efervescencia social podría relacionarse con un aumento del estrés y la ansiedad en la población, particularmente en aquellos niños(as) y jóvenes que se ven sobreexpuestos a las redes sociales en las que muchas veces existe una ‘viralización’ de imágenes violentas y crudas sobre alguno de los lamentables episodios de destrucción, violencia o pérdida de vidas humanas ocurridas tras el estallido social. Por ende, resulta prioritario que las figuras parentales puedan brindar espacios de contención y comunicación permanente con sus hijos(as), ayudándoles a que sean capaces de verbalizar sus emociones y modularlas adecuadamente de acuerdo a los diversos entornos en los que se desenvuelven.
Por consiguiente, las vacaciones pueden transformarse en un periodo de tiempo ideal para favorecer esta conexión emocional positiva entre padres e hijos(as), procurando:
• Reconocer la función socializadora y educativa de la familia, posibilitando la transmisión de valores coherentes con una convivencia positiva, tales como el respeto, la tolerancia y la no discriminación.
• Estimular la expresión de las necesidades de sus hijos, promoviendo la responsabilidad y la autonomía, según la etapa vital por la que transitan los hijos(as).
• Fomentar estrategias de afrontamiento positivo al estrés:
-Duerman adecuadamente (higiene de sueño).
-Coman saludablemente con regularidad y beber agua.
-Realicen actividades que les ayuden a relajarse (caminar, compartir al aire libre).
-Hagan actividades físicas recreativas (al menos 3 veces a la semana).
Finalmente, la parentalidad positiva promueve dinámicas relacionales basadas en el apoyo, el afecto, el diálogo, la cercanía y la implicación en la vida diaria de los niños y adolescentes, transformándose en un desafío necesario para el desarrollo integral de nuestros(as) hijos(as).

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.



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