La realidad de mujeres mapuche ad portas del 8M



La historia del pueblo mapuche, nos recuerda a mujeres poderosas, Guacolda, Janequeo y Fresia ¿Habrán sido ellas las primeras feministas mapuche? No lo sabemos, algunos historiadores las definen como “mujeres guerreras que se destacaron por la lucha y fuerza para defender a su pueblo”. Símbolos del poder femenino para muchas jóvenes mapuches de hoy, pero que, a su vez, contrastan con la realidad de miles de mujeres indígenas que viven en comunidad. Y no por la falta de “newen” (fuerza) sino por los múltiples obstáculos que deben enfrentar en búsqueda de la equidad y dignidad.
La violencia de género, la dificultad para obtener protagonismo en las decisiones políticas, la represión del Estado, la pobreza y el abuso que han enfrentado por el hecho de ser “mujer, mapuche y pobre”, se suman a la lista de demandas por las cuales estas nuevas generaciones – y otras no tanto –  saldrán a la calle a marchar para este 8 de marzo.
“Creo que no existe el feminismo mapuche. Sí creo que “habemos” (sic) mujeres mapuches que nos guiamos por la ideología del feminismo, pero no que exista una filosofía desde el feminismo mapuche”. Es la visión de Erica Ñanco, una joven estudiante de la carrera de agronomía de la Universidad de La Frontera, quien pertenece a la comunidad Lof Hualacura de la comuna de Nueva Imperial. Explica que es difícil definir “un feminismo mapuche”, ya que no es un concepto integrado como tal en la cultura mapuche. Más bien, son las nuevas generaciones, la mayoría quienes han logrado salir de las comunidades a estudiar en establecimientos educacionales o universidades ubicados en las ciudades, quienes se han adherido a esta ideología, “pero de ahí a que nos vayamos a considerar todas (feministas), no creo que sea una obligación” Dice Erica.
El machismo y la violencia de género
La violencia ejercida de hombres mapuche sobre mujeres no es un tema fácil de abordar para ellas. Culturalmente, antes de la mal llamada Pacificación de la Araucanía y la llegada del cristianismo a las comunidades mapuche, la relación hombre – mujer en la cultura era distinta. El hombre por ejemplo, podía tener más de una esposa e incluso entre ellas “se ayudaban” nos comenta Isolde Reuque, dirigente mapuche e integrante de la pastoral Mapuche del Obispado de Temuco. Pero la iglesia por ejemplo, dijo que “esto” era pecado y la costumbre desapareció. Y ahí dice Isolde, aparecieron los celos y el machismo.
Para Erica, quien tiene la mitad de edad que Isolde, es un tema “complejo” y explica el porqué. “Uno puede quizás decir abiertamente, esa persona no puede ser representante, pero también pasa por un tema interno de las mismas comunidades, que muchas de ellas se oponen”.
Y agrega, “es casi como lo que se vivía en la dictadura, cuando existían estos “problemas de familias”. Así les llamaban, problemas de casados, donde nadie se metía. Si había un hombre que violentaba a la mujer y ambos pertenecían a una organización política-militar, se invisibilizaba la situación  y se privilegiaba el compañero, porque él siempre estaba en la lucha y todo el tema y nuevamente las mujeres quedaban relegadas. Lo mismo pasa en las comunidades, si hay una situación de violencia por parte de una persona que tenga un cargo de representatividad o autoridad ancestral, igual como que se le está “perdonando”, solo por el hecho de tener un cargo espiritual o ancestral.  No creo que esté bien aceptar situaciones porque algo es cultural o porque es algo ancestral”.
Casos que además están invisibilizados por el mismo Estado, ya que no existen cifras de denuncias por violencia de género en el contexto de comunidades mapuche. Sólo diagnósticos y estudios realizados por académicos/as de universidades, pero que solo quedan en eso.
“Pero desde la institucionalidad como el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, nada. Qué decir de la presencia de retenes de carabineros cerca de las comunidades. Si uno llama, nunca llegan. No hay a quién denunciar”, nos cuenta una mujer mapuche, que prefiere resguardar su nombre.
Pero Erica Ñanco, suma otro componente, la represión del Estado contra las mujeres mapuche.
“No solo estamos combatiendo contra la  violencia de género que vivimos en nuestras comunidades sino con la violencia desde el Estado. Pues si uno da la batalla en el campo, en el lof, te llevan presa y si no te llevan presa a ti,  llevan preso a tu marido. Entonces ya tienes otra violencia que se enfoca en las mujeres mapuches, que son las mujeres que están todos los días visitando a sus presos en la cárcel y que no tienen con quién dejar a sus niños”.
Y agrega “de qué manera una mujer mapuche va a llegar a hablar de que está sufriendo violencia de género si el mismo Estado ya la está violentando, si las empresas las están matando como en el caso de Macarena Valdés. ¿Qué garantiza a una mujer mapuche que pueda ser libre? ¿Qué le garantiza a una mujer mapuche que pueda caminar libre por su territorio? Son muchas formas de violencia que a nosotras nos atacan, no solamente es un punto, son varios”.
Historia del abuso
Isolde Reuque recuerda que el año 1995 representó a sus pares en el “Encuentro Mundial de Mujeres en Beijing”, dice ya en esa época, se comenzó a hablar del empoderamiento de la mujer indígena. 25 años después participó en la performance autoconvocada de Las Tesis en Temuco, “también canté “Un violador en tu camino” de  Las Tesis, algo que me llenó de alegría hasta el día de hoy”.
Cuando le preguntamos que le llevó a participar, nos respondió “cuando yo pido el derecho de las mujeres, es porque he vivido ciertas experiencias o que me han confiado ciertas experiencias. Y uno las ve (mujeres) así, tan vulnerables”.
A lo que se refiere es a otra realidad  que viven las mujeres mapuche “de la que poco se habla, pero por años ha existido”.
“Por años de años muchas han tenido que salir a trabajar fuera de la comunidad como asesoras del hogar. Pero lo más grave, es que muchas iniciaciones sexuales se hacían con las nanas. Eso era en silencio. Quedaban embarazadas y nadie decía nada ¡Eso es abuso!
“En comunidades hay muchos hermanos nuestros que son hijos del patrón o del patroncito, o sea, del dueño de casa o del hijo”. Siendo el silencio cómplice de este atropello.
“Pero además debes soportar el cuestionamiento social, ser madre soltera y que te apunten con el dedo”. Agrega Isolde.
Aunque ambas son de generaciones muy distintas, Erica e Isolde coinciden en el diagnóstico.
La injusticia y el abuso contra la mujer mapuche, lamentablemente es parte de la historia de este pueblo.
Y a pesar que hoy  “hay más consciencia en los derechos de las mujeres” dice la dirigente mapuche de 65 años. Las demandas están más latentes que nunca este 8M.
“El feminismo yo creo que es liberación. Eso es el concepto con el que yo lo definiría. Es liberación y si el feminismo no te libera de la opresión, entonces no es feminismo”.  Concluye la universitaria del lof Hualacura.

(*) Este reportaje fue realizado por la docente Nadia Arias y las estudiantes Claudia Palacios, Carmen Luz Santis y Constanza Ulloa, todas pertenecientes a la carrera de periodismo de la Universidad de la Frontera. Es publicado por El Mostrador como parte de un acuerdo de colaboración entre ambas entidades.



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