Otra vez huele a cambio…. de gabinete



El aire está raro en La Moenda. Ad portas de cumplirse un segundo aniversario este miércoles 11 de marzo del regreso de la administración piñerista al poder, los rumores sobre un cambio de gabinete estuvieron a la orden del día ayer en palacio. Durante toda la jornada fue uno de los temas obligados en la trastienda gubernamental, posibilidad alimentada por la presión -casi insostenible- que enfrenta el Gobierno desde su propia coalición para salir a reencantar a su electorado con algo más concreto que una estrategia comunicacional, sino que con un cambio de rostros en el equipo ministerial.
Previo a las vacaciones que el Presidente, Sebastián Piñera, durante febrero, hubo una ventana el mes anterior donde tanto ministros, asesores gubernamentales y parlamentarios estaban seguros que el Mandatario haría eco de las peticiones de un sector de Chile Vamos de hacer una modificación profunda en el comité político que lidera el ministro del Interior, Gonzalo Blumel, y que fue instalado el 28 de octubre como medida para enfrentar el estallido social que se había desatado diez días antes. A pesar de las presiones privadas y públicas en diversos medios de prensa, el Mandatario lo pospuso y prefirió evaluar una medida de ese calibre con mayor tranquilidad en su casa en Cabaurgua, en la novena región.
Pero la presión interna volvió a llegar a su punto límite y desde diferentes ministerios aseguraron ayer que la dicotomía que se habría instalado en palacio sobre el cambio de gabinete pasa más por el tiempo más propicio para realizarlo que con cualquier otra consideración, porque si hay un concepto que nunca se dejó de plantear ha sido que este comité político tiene fecha de vencimiento.
Considerando que el plebiscito del 26 de abril está a la vuelta de la esquina, cualquier ajuste ministerial -explicaron en palacio- no debería pasar de la otra semana como máximo, considerando que algunos ministerios tienen que cumplir algunos despliegues técnicos para esa fecha.
Las razones para poner sobre la mesa los nombres de los eventuales cambios -recalcaron en el Gobierno- siguen siendo las mismas que en enero:  sacar a quienes en la derecha consideran que están ocupando un espacio sin representación partidaria, como serían los casos de la vocera, Karla Rubilar y del ministro de Desarrollo Social, Sebastián Sichel. La otra razón más de fondo apuntaría a la estrategia de intentar recuperar electorado propio de la derecha y para eso, personalidades y rostros como el de Blumel en Interior y la ministra Rubilar no calzan del todo a ojos de los sectores más conservadores y duros del oficialismo.
Otra de las figuras que podría salir en un eventual ajuste sería la ministra de la Mujer, Isabel Pla, quien según versiones de prensa ya habría presentado al Presidente Piñera su incomodidad para seguir en el cargo, lo que alimentó aún más las tensiones internas en palacio ante el eventual ajuste.



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