Las 5 secuelas del coronavirus en la economía argentina 



La declaración de la Organización Mundial de Comercio (OMS) que cataloga al coronavirus como una pandemia aceleró la actividad de los Gobiernos para intentar contener su propagación. Cuarentena total en Italia, vuelos cancelados en todo el mundo y guerra de precios por el petróleo amenazan la estabilidad global. ¿Cuáles son sus consecuencias para la economía nacional?Caída en las exportaciones
China, epicentro del virus, tomó medidas severas para evitar su propagación. Las cuarentenas masivas generaron un freno en su producción y una caída generalizada del consumo. La disminución en la demanda de productos importados por el gigante asiático afecta sobre todo a las materias primas. Las exportaciones argentinas se dirigen en gran medida hacia el país oriental. 

A la desaceleración en las compras de China se incorpora la caída en el precio internacional de la soja, principal producto de exportación nacional. El desplome en un 10% del precio del commodity con respecto a principios de año oscurece las perspectivas en el ingreso de dólares. Situaciones similares ocurren con el maíz y el trigo. Como consecuencia del shock, la consultora Abeceb calcula que Argentina podría perder u$s 3.400 millones durante este año con respecto a las previsiones anteriores al brote. Las exportaciones de estos productos agropecuarios son la única fuente de dólares genuinos para nuestro país. Menos divisas implica menor capacidad de compras de insumos para revitalizar la industria. Además, golpea la recaudación del Gobierno: una caída en exportaciones son menores ingresos por retenciones. Menos ingresos desembocan en un aumento en el déficit fiscal y, finalmente, menos dinero disponible para “poner en el bolsillo de la gente”.

Vaca Muerta
Otra de las consecuencias que tiene la crisis de demanda por el coronavirus es una fuerte caída en el precio del petróleo. La guerra de precios entre Arabia Saudita y Rusia, sumada a la decisión de Trump de cancelar todos los vuelos provenientes de Europa hacia Estados Unidos generó una depresión en las cotizaciones del crudo. El Brent (de referencia para la Argentina) cotiza en u$s 34, la mitad de los u$s 66 de principios de año. A estos valores, la producción en Vaca Muerta es inviable debido a los elevados costos que implica la explotación en yacimientos no convencionales. El complicado contexto internacional amenaza con bajar el pulgar a una potencial fuente de dólares para nuestro país. Mercado interno
 
El arribo del virus en Argentina empieza a enfrentar sus consecuencias en el nivel de actividad. La suspensión de espectáculos, vuelos internacionales, eventos deportivos, convenciones, boliches, etc. tiene un efecto directo en la economía. Además de los costos operativos que implican estas decisiones, una contracción en el sector servicios pone en cuestión la continuidad de miles de puestos de trabajo. Un efecto similar puede ocurrir en el turismo. Las medidas tomadas por las autoridades se encuentran en revisión constante, a la espera de la evolución en el nivel de casos. De la gravedad en las disposiciones depende su efecto en la economía real.

Dólar
 
El shock en los mercados financieros tuvo su correlato en enormes devaluaciones en los países emergentes. En particular, los países de la región se encuentran en un proceso de pérdida de valor de sus monedas muy marcado. Brasil lidera el grupo con una depreciación del real de un 25% en sólo dos meses y medio. Las devaluaciones se dan por una fuga de los capitales hacia lugares más seguros como los Estados Unidos, pero los países de la región las convalidan para ganar competitividad en sus exportaciones. El problema para nuestro país reside en la imposibilidad de devaluar el peso para mantenernos competitivos, debido a la elevada correlación entre suba del dólar y aumento de precios. Permitir una depreciación de nuestra moneda similar a los vecinos de la región implicaría una aceleración inflacionaria que afectaría directamente al mercado interno. El Gobierno no parecería dispuesto a permitir esto, ya que sus planes residen en “recuperar el consumo”.

Negociación de la deuda
Finalmente, el conjunto de las variables económicas están atadas al futuro en la reestructuración de la deuda. El devenir de las negociaciones permanece como incógnita. Las consecuencias del pánico en los mercados financieros sobre este punto son difusas. El Gobierno parece apoyarse en el supuesto de que la caída en las tasas de interés internacionales le permitiría obtener una mayor quita de los acreedores. Sin embargo, la caída estrepitosa en la cotización de los bonos a reestructurar abre la puerta a los conocidos fondos buitre. Estos fondos podrían comprar los títulos y bloquear las negociaciones, con la finalidad de cobrar el total de su valor a través de los Tribunales de Nueva York.

La magnitud de los efectos del virus en la economía argentina dependerá de la capacidad de los Gobiernos en el mundo para poder frenar su propagación. En particular, un aumento en el número de los infectados en nuestro país podría profundizar la recesión. Los bancos centrales de los países desarrollados bajan sus tasas de interés e inyectan dinero con el objetivo de contrarrestar las pérdidas económicas. En nuestro país, desde principios de año se emitieron $182.000 millones en adelantos transitorios y la tasa de interés ya descendió drásticamente. Por estos motivos, Argentina tiene un margen muy estrecho para replicar las medidas tomadas por el resto del mundo.En esta nota:



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