Coronavirus, mal que atormenta y deja gran estrés

No hay peor ceguera que la mental, ante ella no vemos más allá que nuestros pies, pues vivimos agachados y agobiados.Cada cabeza es un mundo, cada ente es diferente, todos tenemos problemas, hay situaciones y cosas que no respetan posiciones sociales, religiosas, políticas, ni a ricos ni a pobres, a todos nos atormentan las dificultades por las que atravesamos.Hoy vivimos una situación que a todos agobia, que a todos preocupa, se llama pandemia del coronavirus, enfermedad que ha cobrado cientos de vidas en el mundo.Estamos atados ahora, no solo a no salir de casa, sino atados a una mortificación, a una preocupación, a una congoja, a una pensión, dirían los viejos de antes, porque actualmente a todo eso se le llama estrés.Siempre hemos sido seres sin felicidad completa, y creemos que cuando crezcan nuestros hijos, que cuando salgan de la escuela, que cuando pague las deudas, que cuando me vaya de vacaciones, que cuando las vacas den leche y las gallinas pongan, y todo eso pase, seré feliz.¿Pero qué hacer ante esta dificultad que hoy atormenta al mundo?. Además de cuidarnos y seguir las reglas que las autoridades de salud nos marcan y que radican principalmente en la higiene, debemos tener fe en el gran creador del universo.No queda de otra, creemos que al final del camino la luz ha de llegar, y ojala que esta pandemia nos una y nos lleve a vivir en armonía y en santa paz, como debe ser.. Ante la adversidad, ¡Ánimo!… ¡Qué golpe tan duro!.



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