“Ni héroe ni traidor”: un film intimista e innovador sobre la Guerra de Malvinas



Buenos Aires, 1982. Matías acaba de terminar la colimba y sueña con viajar a España a estudiar música. Tiene 19 años y sus preocupaciones van desde su afición a la guitarra, las salidas con sus amigos y su relación amorosa. Matías no imagina que su realidad está a punto de transformarse cuando en la radio oiga las palabras que ericen la piel de todos sus conocidos. El gobierno de facto llevó a su pueblo a la guerra, una necia ambición disfrazada con el discurso de “recuperar lo que nos había sido arrebatado”.Como Matías hubo miles de chicos, chicos arrancados de sus hogares sin ningún tipo de permiso ni consideración. Se destruyeron sueños, familias y el dolor aún late en cada uno de los corazones argentinos.

Juan Grandinetti en “Ni héroe ni traidor” | Foto: Gentileza de prensa Agencia Raquel Flotta

Pasaron 38 años desde uno de esos días que cambió la vida de los argentinos para siempre. Sí, para siempre. Porque de esos acontecimientos no se vuelve, o se vuelve sólo con la memoria, aquello que mantendrá la llama ardiendo en nuestros corazones para saber hacia dónde queremos ir y no repetir Nunca Más.No casualmente, este jueves 2 de abril día en que se conmemora en el país a los Veteranos y Caídos en la Guerra de las Islas Malvinas, el canal Cine.Ar TV emitirá la película “Ni héroe ni traidor”, de Nicolás Savignone (“Los desechables”, “Hospital de día”), una de las películas más recientes del cine nacional, que llegó a la cartelera el pasado 12 marzo de este año, días antes que el presidente Alberto Fernández decretara la cuarentena obligatoria para frenar el avance del COVID-19.
Protagonizada por Juan Grandinetti (“Te esperaré”), Inés Estévez (“Pequeña victoria”, “Acusada”), Rafael Spregelburd (“El crítico”, “El hombre de al lado”, “Unidad XV”, “Abzurdah”), Gastón Cocchiarale (“El Clan”, “Argentina: tierra de amor y venganza”), Agustín Daulte (“Luciferina”) y elenco, la historia nos trasporta años atrás pero no es la guerra el escenario sino el contexto, y desarrolla cómo los personajes van interactuando en esa atmósfera que lejos de pasar desapercibida se vuelve constantemente opresora.

“Ni héroe ni traidor” | Foto: Gentileza de prensa Agencia Raquel Flotta

Fue decisión de Savignone no incluir explícitamente imágenes de la guerra -recurso utilizado ya en varias producciones nacionales- su mirada entonces, está puesta en universos más pequeños no menos atravesados por el conflicto. Lo que nos presenta una mirada innovadora en el tratamiento del tema: la cámara entonces se preocupa por retratar lo que pasa en la psiquis de ese adolescente que es arrastrado, involucrado en un conflicto del que no forma parte pero por el que debe responder a una “patria”, seguir un mandato.Se vuelve así “Ni héroe ni traidor” un retrato de época, intimista sobre la vida familiar, un contexto histórico y cómo fundamentalmente el conflicto -por el que mantuvieron engañado al pueblo- afecta a los jóvenes, niños de 18/19 años, elegidos para pelear, para matar a otros, para morir ¿para qué? ¿por quiénes? ¿es un deber defender a la patria?”La película está realizada sobre el punto de vista de este joven que se está preguntando quién es él, qué quiere de la vida, si seguir sus deseos, sus pasiones, o los mandatos. En un país muy difícil. Tanto la generación del protagonista como las anteriores se encontraron con un estado de locura, del absurdo; un contexto para nada favorable para quien está en un proceso de búsqueda”, reflexiona el director del film en diálogo con Filo.News.

Nicolás Savignone, director de “Ni héroe ni traidor” | Foto: Gentileza Agencia Raquel Flotta

Matías carga a su vez con la mirada paterna, las exigencias de un “padre de familia” (interpretado por Rafael Spregelburd) en el esplendor de un esquema tradicional familiar -y digo esplendor porque la Dictadura reforzó estos paradigmas socioculturales-; un padre que “porque lo quiere” subjetiva qué es lo mejor para él. En otras palabras, que la guitarra no sea más que un hobbie para él. Irónicamente, el mandato proviene de un hombre que se obligó a dejar su violín en un armario. Es por esos mandatos, que Matías se confronta. Piensa que para ser un hombre, para honrar a su padre, debe ir a la guerra. Esta sensación está además atravesada por su admiración hacia su abuelo, un republicano empedernido que peleó en la Guerra Civil Española.

“Ni héroe ni traidor” | Foto: Gentileza de prensa Agencia Raquel Flotta

Con estas líneas narrativas que también se profundizarán en el compartir de Matías con sus amigos, la película elabora una acertada premisa que permite poner en jaque la construcción de la masculinidad, acierto que vale destacar, llega en tiempos de deconstrucción.En este sentido, será el personaje de la madre (Inés Estévez) quien hará las preguntas que nadie se ha planteado, y así dará un giro sobre el curso de los hechos. “El personaje de Inés viene a romper con estos ideales masculinos”, manifiesta el director, quien a su vez señala: “Creo que es importante repensarse todo el tiempo, cuestionarse por qué uno hace las cosas que hace, si podrían ser diferentes. Muchas veces tanta pregunta desorienta y angustia. Sin embargo, hay que transitar esa angustia sin ir a la respuesta fácil. También lo veo en mis hijos, cómo se van repensando, deconstruyendo, construyendo sus propias identidades”.La elección de los actores fue un proceso, así lo afirma Savignone, quien recuerda cómo fueron llegando al set de filmación. “A Juan me lo recomienda Carlos Portaluppi, y me dice que para él era el indicado para ser el protagonista. Cuando lo vi, sí, me di cuenta que era él, tenía todas las características del personaje que me había imaginado”, expresa.

Nicolás Savignone junto a Rafael Spregelburd y Juan Grandinetti | Foto: Gentileza de prensa Agencia Raquel Flotta

“A Inés le mandé el guión, le gustó mucho el proyecto. Me puse muy contento cuando me dijo que sí”, añade y reconoce que el más complejo fue Rafael Spregelburd, por una cuestión de hallar quién encarnase a ese padre de apariencia inflexible.”Rafa fue el que más me costó, quizás por esta construcción padre e hijo. Él estaba con otros trabajos pero se pudo hacer el hueco para filmar”, señala, y mediante casting fueron llegando las demás figuras, Gastón Cocciarale, Héctor Bidonde, Mara Bestelli, Agustín Daulte. Luego, el desafío estuvo en “que los actores se entiendan, que fluya”, destaca el director.La historia detrás de la historia
“La película nace de un recuerdo de mi infancia. Durante la guerra de Malvinas, a mis 7 años, veía a mi padre encerrarse en su cuarto a escuchar la radio. Desde otro rincón de la casa escuchaba atento sus comentarios sobre los acontecimientos de la guerra. Esos momentos aún los recuerdo con mucha nitidez y angustia: la euforia, la tristeza; la mochila del colegio con polenta, arroz y fideos para los combatientes. De algún modo la película es un intento de sutura de una herida, de una historia que aún no logro comprender ¿Cuáles fueron los factores políticos, sociales y económicos que hicieron posible semejante aberración? La película nace desde la intimidad de un hogar pero repercute en la historia que aún lamenta su herida y pone en cuestión a una sociedad que se funda en el sacrificio de los hijos”, expresa el director.
“Ese niño que llevó el paquete de polenta en su mochila para los soldados, se fue alimentando de un montón de cuestiones que lo llevaron a ser el director que hoy cuenta esta historia”, afirma Savignone.

La idea surgió en un taller de dramaturgia, se pensó como obra de teatro pero luego el proyecto se concretó para el cine, por lo que Savignone debió volcarse de lleno a la adaptación. “Fue un trabajo muy largo, con muchas versiones. Hasta que finalmente después de muchos años y versiones logramos, digo logramos porque sumé al último proceso de guión a Pío Longo y Francisco Grassi”, cuenta el cineasta.”Todo lo que es el imaginario de la película parte de mis recuerdos. Los escenarios, los grupos de amigos, la relación, la familia… obvio que luego empieza a ficcionalizarse. Los escenarios son los escenarios de mi infancia. Yo vivía en un barrio muy parecido a donde filmamos. De hecho había una escena que no quedó en la película pero que era muy linda en la que compartíamos una Coca Cola. Todas esas cosas que tienen que ver con mi biografía están en el film”, expresa.

Foto: Gentileza de prensa Agencia Raquel Flotta

Y lo cierto es que la reconstrucción de época es uno de los fuertes puntos a favor del film, además del manejo de la tensión dramática, que como hilo atraviesa firme todo el largometraje. “Fue un acierto de los cabeza de equipo que sabíamos que iban a llevar este proyecto a buen puerto: Federico Lastra (que venía de hacer una película de época), Alicia Vázquez (que hace un laburo impecable en arte), los trabajadores en vestuario y más. La elección de las locaciones, pensar en cada detalle, en la luz, el farol, en que no haya un aire acondicionado, correr los autos que no correspondían, ubicar un teléfono público, que esa arquitectura sea de los ’80 para atrás. Se ve en la película todo ese trabajo, no tuvimos que retocar nada, ninguna cosita que se asomara y la viéramos en posproducción. Quedó impecable”, se enorgullece.La infancia de Savignone -quien fue ese nene que iba al colegio con el paquete de polenta en la mochila- se remonta a un barrio de la ciudad de Rosario, barrio de la carne y de los monoblocks. “Ese niño se fue alimentando de un montón de cuestiones que lo llevaron a ser el director que hoy cuenta esta historia”, observa con una mirada sobre su camino transitado.  Fue un recorrido muy largo, muy laborioso; venir a Buenos Aires a estudiar medicina, recibirme de médico psiquiatra en la UBA, trabajar en los hospitales públicos, hoy en día sigo trabajando en el Hospital Álvarez. Estudié filosofía, cine…”, agrega, y eso se podría completar con las películas que sacó y otros de sus progresos.

“Ni héroe ni traidor” | Foto: Gentileza de prensa Agencia Raquel Flotta

Además de recuerdos, de ambientalizar la película con aquello que significó su pasado y el de su familia, él mismo de alguna manera está presente en el film. “Creo que un poco mi punto de vista está en ese personaje que se llama Nicolás y que es echado, esta cosa de que lo sacan porque no puede escuchar las cosas que están pasando”, comenta.Es así cómo el cineasta juega con lo que está dentro y fuera de campo, con lo que se elige mostrar o ser ocultado, porque es mejor así. Planos conceptuales, conversaciones inaudibles, cortes de cámara; muchas veces los personajes no llegan a tocar, a oír, a expresar. Entre otros detalles esto permite que destinar el film a espectadores activos, y no entregar el producto masticado, sin invitar a múltiples interpretaciones.A su vez, los conocimientos del director en psiquiatría son claves a la hora de construir y representar a los personajes como actores sociales en una trama fuertemente opresora. “La psiquiatría me hace pensar los temas que me interesan, me pone en el campo de las problemáticas que me interesan pensar. Uno desarrolla mucha empatía y escucha a la hora de trabajar en la salud mental, ayuda a comprender, a ponerse en el lugar del otro, a entender cuáles son sus circunstancias, sus conflictos”, menciona. “Yo siento que el arte tiene un poder enorme curativo, es también una terapia, algo muy valioso”, añade Savignone.”Ni héroe ni traidor” pone el ojo también en subtemas como los privilegios de clase, la dinámica de un pueblo dormido a intención de la maquinaria política. Crea una escena interesante, en medio de un bosque con patos como carnada, una metáfora explícita que no necesita de las imágenes de la guerra.

“Ni héroe ni traidor” | Foto: Gentileza de prensa Agencia Raquel Flotta

“Ni héroe ni traidor” es una invitación a explorar nuestro pasado, el pasado de nuestra historia en una fecha que no debemos pasar por alto en el calendario. Una película recomendada, con destacadas actuaciones y un innovador punto de vista para contar, alejándose de la morbosidad de mostrar la guerra en sí misma pero ahondando en la intimidad de esos personajes, que pudimos ser muchos. A partir del viernes 3 de abril, la película estará disponible para verla desde streaming mediante la plataforma CINE.AR PLAY, en forma gratuita.”Es también la continuidad de una búsqueda estética que se inicia en mi primer cortometraje llamado ‘Y sin embargo al principio o acaso al final’, continúa con el documental ‘Hospital de día’ y ‘Los desechables’ (ficción híbrida entre teatro y cine). Películas que se centran en el conflicto de los personajes con el espacio y su entorno. Tengo la certeza de que el arte es capaz de exorcizar y sublimar viejos fantasmas y confío en que la realización del film ofrecerá una mirada distinta sobre la temática, centrándonos en un punto de vista que aún no se abordó y que creemos, enriquecerá el dialogo sobre este asunto”, cierra.Nicolás Savignone presenta su última película “Ni héroe ni traidor” que esta noche se podrá ver a las 22 horas en Cine.Ar TV y a partir del viernes 3 de abril, estará disponible por la plataforma de streaming CINE.AR PLAY. Una valiosa pieza para no olvidar la Guerra de Malvinas. En esta nota:



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