Millones en América Latina tienen que combatir el coronavirus sin agua potable



Establecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de las recomendaciones  básicas para evitar el contagio de coronavirus es el lavado frecuente de manos con agua y jabón. No obstante, en América Latina, esta sencilla recomendación puede ser difícil de cumplir ya que la región convive con una constante contradicción.
Aunque dispone del 31 % de las fuentes de agua dulce del mundo, casi 37 millones de personas no tienen acceso al servicio de agua potable, según fuentes del Banco Mundial. Por otro lado, según un programa de monitoreo conjunto de Unicef-OMS, el 82 % de la población de Latinoamérica tiene acceso a agua potable segura, mientras que solo el 37% a un saneamiento seguro.
“En Venezuela, la pandemia nos llegó en el medio de la mayor crisis de suministro de agua de la historia del país en los últimos 50 años. Se ha estimado que entre el 85 y el 90% de las personas no tienen acceso a agua por tuberías de manera regular, entre ellos un porcentaje que debe acercarse al 20% no recibe suministro de agua por períodos que pueden oscilar entre tres semanas y varios meses”, se lamenta Alejandro Álvarez Iragorry, de Clima21 – Ambiente y Derechos Humanos, en entrevista con DW. “Esta situación obliga a muchas personas a comprar agua a costos cada vez mayores o a recurrir a fuentes informales, incluyendo aguas contaminadas”, agregó.

Hasta las 9h horas del 1 de abril se han detectado 143 casos de coronavirus en Venezuela. A diferencia de Europa, la pandemia, en Venezuela, se ceba en los jóvenes.

Buscando alternativas a no tener agua de manera continua
En México, la situación también es crítica. Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), solo el 53,6% de los mexicanos tiene acceso diario al agua en su vivienda. Igualmente, el acceso a la red de agua no garantiza que el preciado recurso esté disponible las 24 horas del día en América Latina. En este sentido, teniendo en cuenta su alta densidad de población, la CDMX se convierte uno de los puntos de mayor atención para prevenir contagios.
Por este motivo, tanto en la capital mexicana como en otras ciudades, las autoridades locales están asegurando la dotación de agua potable a todos los ciudadanos. “Las alternativas son distribución de agua mediante camiones cisterna, así como mantener operativos pozos y plantas”, dijo a DW Hugo Contreras, Director de Seguridad Hídrica de América Latina de The Nature Conservancy y Alianza Latinoamericana de Fondos de Agua.
A ellas se unen otras medidas. “La captación de lluvia es una fuente de abasto alternativo de agua de alta calidad, independiente de los sistemas centralizados”, dijo a DW, Nabani Vera de Isla Urbana. Fundada hace más de una década, esta iniciativa  ya ha instalado más de 20.000 sistemas de captación de lluvia que proporcionan entre 5 y 8 meses de agua limpia a más de 120.000 personas de México.
Esta alternativa ofrece ventajas en el contexto de pandemia actual. “Por un lado, los sistemas se pueden colocar de manera específica en las zonas donde se encuentre una crisis severa; por otro lado, un sistema de captación de lluvia brinda una herramienta para autogestionar el recurso, lo cual en el contexto en el que nos encontramos, para las familias más afectadas se puede ver reflejado de manera directa en temas de salud”, agregó.

Conocimiento indígena y soluciones basadas en la naturaleza
Este sistema también es usado por los pueblos originarios del país. “El pueblo zapoteca de Valles Centrales de Oaxaca lleva muchos años realizando obras de captación de agua. Básicamente se trata de cosechar agua en hoyos construidos para tal fin” recordó a  DW la presidenta ejecutiva del Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y El Caribe (FILAC), Mirna Cunningham. “Las obras han funcionado muy bien pues sus mantos acuíferos son los que distribuyen el agua en la ciudad de Oaxaca dejándolos sin una gota “, agregó apuntando.

Según el Informe mundial de las Naciones Unidas sobre el desarrollo de los recursos hídricos en 2017, solo el 28% de las aguas son tratadas en los países de ingresos medios-bajos y a un 8% en los países de ingresos bajos. “Uno de los mayores rezagos en la región es el saneamiento de aguas residuales. Sin embargo, para lograrlo requerimos ampliar la infraestructura de alcantarillado y tratamiento de aguas residuales, así como desarrollar las redes para su distribución”, apuntó Contreras señalando que “como parte de una visión más integral de infraestructura y gestión de agua” se deben incorporar a las soluciones basadas en la naturaleza como la conservación, reforestación, humedales y mejores prácticas agrícolas.



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