Día Mundial del Parkinson: pacientes están más expuestos a covid-19



La enfermedad de Parkinson coloca a los afectados en una situación de especial fragilidad ante la sociedad. Muchas veces se ven expuestos a comentarios y miradas por los movimientos involuntarios como temblores en sus manos.
Estas barreras perpetúan y enfatizan el estigma de la enfermedad y, por consiguiente, las dificultades a las que se enfrentan en su día a día las personas que la padecen. Las actitudes derivadas del desconocimiento causan en ellas situaciones y sentimientos de inseguridad, vergüenza, temor, falta de autoestima e, incluso, aislamiento social.
De ahí que este 11 de abril en el Día Mundial del Parkinson se hace un llamado a concientizar a todas las personas acerca de esta enfermedad que conlleva una discapacidad progresiva, pero que con tratamientos oportunos y con un apoyo familiar importante pueden lograr una mejor calidad de vida.
“Esta es una enfermedad neurodegenerativa que afecta al 1% de la población mundial, mayores de 60 años, lo que en números es bastante significativo, incluso en los mayores de 65, en algunos países, como el Reino Unido, alcanza el 2%”, comenta el doctor José Miguel Tirapegui, neurólogo del Hospital de Puerto Montt.
Y alerta: “Esta enfermedad no solo está marcada por síntomas motores, sino que también tiene otros síntomas y en ese contexto, es súper importante entender que esto afecta al sistema autonómico de los pacientes, que empiezan incluso antes de los síntomas motores como depresión, alucinaciones, problemas para entrar al baño, ansiedad, apatía, descontrol de impulsos y cuadros psicóticos entre otros síntomas”.
Parkinson en tiempos de Covid-19
La enfermedad de Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente en el mundo, afectando aproximadamente a 4.6 millones de personas mayores de 50 años. En Chile se estima que más de 40 mil personas padecen la patología. Esta enfermedad es un mal degenerativo autoinmune que impacta la calidad de vida de la persona y su familia. Sus principales síntomas son temblor, rigidez, lentitud o ausencia de movimiento, e inestabilidad postural.
En estos momentos, en medio de la pandemia mundial Covid-19, diversos organismos de salud han indicado que debido a los síntomas motores y no motores que conlleva esta patología, estos pueden ser exacerbados, incluida una enfermedad respiratoria viral. Esto significa que, además de los síntomas respiratorios del virus Covid-19, las personas con Parkinson pueden sentir que se encuentran más lentas y más rígidas de lo habitual y que sus medicamentos no parecen funcionar tan bien como antes.
En pacientes de cierta edad puede aparecer confusión, desorientación, o incluso alucinaciones y alteraciones de conducta. Dado que Covid-19 es una enfermedad respiratoria viral, lo que implicaría que una persona con Parkinson está más expuesta a que contraiga este virus y la recuperación de la enfermedad puede ser más prolongada.
Además, estos pacientes pueden tener previo una enfermedad pulmonar restrictiva. La causa sería la incapacidad de los pulmones para expandirse completamente con el aire debido a la rigidez de los músculos de la pared torácica, así como a la bradicinesia, o la lentitud de los músculos responsables de la expansión y contracción de la pared torácica; entre otros.
Ya el jueves 26 de marzo se informó el fallecimiento de un hombre de 80 años que padecía Parkinson e insuficiencia renal crónica en Talcahuano, donde a pesar de los esfuerzos médicos se confirmó su muerte a raíz del Covid-19. En tanto, el viernes 3 abril se confirmó la muerte de un adulto mayor en la región Metropolitana a causa de coronavirus. La víctima padecía demencia, Alzheimer, Parkinson, además de un accidente cerebrovascular. La familia en conjunto con el equipo médico decidió no realizar medidas invasivas de tratamiento como conectarlo a un ventilador mecánico.
Rutinas para pacientes de Parkinson: mejoran su calidad de vida
La actividad física resulta beneficiosa como complemento al tratamiento farmacológico, para tratar los síntomas de la enfermedad. Es importante realizar entre 15 y 30 minutos diarios de ejercicio para mejorar la fuerza muscular, el equilibrio, la marcha y la postura; además, permite regular el peso; renovar el estado de ánimo; contribuye al buen descanso y las funciones cognitivas; reduce o previene la fatiga, el desgano y los dolores. Además de disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, de osteoporosis o fracturas relacionadas con las caídas.
Es necesario que tengan una rutina saludable y que todos los ejercicios que le indiquen su médico o terapeuta puedan ser a un ritmo lento, progresivo y rítmico.



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