Los pendientes de la brecha digital



La pandemia por el Covid-19 nos llevó a cambiar nuestra forma de vida y, con ello, nuestra cultura laboral. La implementación del teletrabajo se convirtió en una necesidad bajo estas circunstancias, pero a la vez motivó a una transformación incipiente del paradigma de trabajo.
Evidentemente, el teletrabajo se fundamenta en las actuales tecnologías digitales, las que hacen más eficiente, preciso y rápido el trabajo desde los hogares. No se concibe, en los actuales términos, la implementación de esta modalidad laboral en el Chile de la década de los 80, sobre la base del soporte telefónico cableado en telecomunicaciones. La tecnología es, sin duda, parte activa y un gran aliado en esta transformación de la cultura laboral.
Sin embargo, el uso de estas herramientas tecnológicas que resulta natural para muchos, a su vez es abrumador y difícil para quienes nacieron antes de la era digital, al tener que adaptarse a esta modalidad.
Aquellos nacidos a partir de la década de los 90, llamados nativos digitales, tienen una facilidad asombrosa para aprender y asimilar las tecnologías recientes desde la infancia. Hoy es común ver a un niño menor de tres años manejar con facilidad un celular, en una edad en la que aún no adquiere sus habilidades lectoras. Los nativos digitales sienten las herramientas digitales como una verdadera prolongación natural de sus manos.
Al contrario de lo que pasa con aquellas personas nacidas antes de los 90, quienes aprendieron y desarrollaron sus habilidades laborales sin necesitar de la tecnología para realizar sus actividades diarias, lo que ha provocado que se tengan que enfrentar a un escenario nuevo, como es la modalidad home office.
En este contexto, el teletrabajo se instaura como un cambio de paradigma laboral, donde los trabajadores tendrán el desafío de potenciar sus habilidades y destrezas acordes al nuevo modelo, con el objetivo de hacer más eficiente la productividad y tecnología; aliado estratégico y fundamental en estos tiempos.
Además, no podemos olvidar a un sector etario importante del país que aún no puede competir a la par. Por tanto, es imprescindible fomentar la capacitación en las nuevas tecnologías, con acento en las herramientas digitales, para potenciar el trabajo de los chilenos y proyección a futuro.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.



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