Mientras la pandemia por coronavirus empuja hacer todo lo posible para no colapsar el sistema de salud, se vuelve cada vez más crucial permanecer en el hogar. Pero lo mejor que las personas pueden hacer por la salud pública a veces puede no ser lo mejor para su bienestar mental, ya que el aislamiento está impactando de manera negativa en muchas de ellas.Como resultado, la terapia online (asesoramiento realizado por videollamada o por teléfono) ha despertado un gran interés. Muchos terapeutas que tradicionalmente solo tenían citas cara a cara —salvo con pacientes que estaban fuera de la ciudad o que no podían concretar una cita en persona— están estableciendo alternativas a distancia por primera vez.
“Todos los problemas habituales en la vida de las personas aumentan durante este tiempo de crisis: ansiedad, relaciones, mapaternidad, uso de sustancias, depresión”, afirma la psiquiatra Dra. Anne Gilbert, que dirige un programa de atención médica virtual en la Universidad de Indiana.Y esos nuevos recursos han hecho un bien tangible: algunos pacientes incluso dicen que están buscando ayuda solo por la privacidad que brinda la terapia online; es menos invasiva, no se encuentran en la sala de espera con otras personas y pueden tenerla en la comodidad de sus propias casas. Sin embargo, los expertos sostienen que en el futuro, es poco probable que esto sea una posibilidad, si bien, durante lo que dure el aislamiento, es una alternativa válida. En este contexto, explican los terapeutas, es clave que los pacientes encuentren un espacio privado en sus hogares lejos de sus familiares o compañeros de cuarto; y son los profesionales quienes asumen la responsabilidad de pedirles a otros que salgan de la habitación.Otra dificultad que señalan es la de que los pacientes puedan encontrarse en lugares libres de distracciones. El consultorio de un terapeuta es agradable porque hay un sofá para sentarse y no mucho más además de una decoración bastante mínima, una lámpara y algunos pañuelos. No siempre sucede lo mismo en los hogares.Desde un punto de vista terapéutico, afirman, mantener las cosas consistentes es muy importante; pero también lo es ser flexible y creativo y adaptarse a los cambios, manteniendo las cosas lo más normal posible.
