El 22 de abril de 1970, millones de estadounidenses participaron en manifestaciones, limpiezas y otras actividades para realizar el primer Día de la Tierra. Y mientras crecía la conciencia de que la misma industrialización que enriqueció a los países es la que impactó en el medio ambiente y la salud, los esfuerzos para hacer frente a varios males ambientales se volvió cada vez más urgente. Pero pese a que se han hecho enormes avances para frenar la contaminación, la amenaza del cambio climático se multiplicó. En esta nota, un vistazo a algunas de estas cuestiones.
Clima
Con el creciente uso de automóviles en las rutas y autopistas, sumado a una mayor quema de carbón y gas natural para obtener electricidad, la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera aumentó constantemente.
La concentración promedio de CO2 atmosférico ahora supera las 410 partes por millón (ppm), en comparación con alrededor de 325 ppm en 1970 (y 280 ppm antes de la revolución industrial en el siglo XIX). El consecuente exceso de calor elevó las temperaturas globales en aproximadamente un grado Celsius desde tiempos preindustriales.Según el Acuerdo de París de 2015, los países pactaron reforzar la respuesta mundial a la amenaza del cambio climático manteniendo el aumento de la temperatura mundial por debajo de los 2°C por encima de los niveles preindustriales. Hasta la fecha, sin embargo, los esfuerzos realizados no fueron suficientes para frenar las emisiones y alcanzar esos objetivos.
Anomalía de la temperatura del aire superficial para marzo de 2020 en relación con el promedio de marzo para el período 1981-2010 (Copernicus Climate Change Service).
Contaminación del aire
La contaminación del aire es uno de los mayores problemas ambientales y de salud del mundo. Más del 80% de las personas que viven en áreas urbanas están expuestas a niveles de calidad del aire que exceden los límites de las directrices de la OMS, y los países de ingresos bajos y medianos sufren las exposiciones más altas, tanto en interiores como en exteriores.Se desarrolla en dos contextos: la contaminación del aire interior (hogar) y la contaminación del aire exterior; y estos efectos combinados causan aproximadamente siete millones de muertes prematuras cada año. En el mundo industrializado, ha sufrido cambios drásticos en los últimos 50 años.La alteración humana de la Tierra es sustancial y está creciendo. Entre un tercio y la mitad de la superficie terrestre ha sido transformada por la acción humana; la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera aumentó en casi un 30% desde el comienzo de la revolución industrial; la humanidad fija más nitrógeno atmosférico que todas las fuentes naturales combinadas; más de la mitad de toda el agua dulce superficial accesible es utilizada por la humanidad; y aproximadamente una cuarta parte de las especies de aves en la Tierra han sido expulsadas. Según estos y otros estándares, está claro que vivimos en un planeta dominado por humanos.
Agua
Si bien la cantidad de agua dulce en el planeta se ha mantenido bastante constante a lo largo del tiempo, continuamente reciclada a través de la atmósfera y de regreso a nuestros vasos, la población explotó. Esto significa que cada año la competencia por un suministro limpio y abundante de agua para beber, cocinar, bañarse y mantener la vida se intensifica.En gran parte del mundo en desarrollo, el agua limpia es difícil de conseguir o es una mercancía que requiere un trabajo laborioso o una gran cantidad de dinero para obtenerla. Según las Naciones Unidas, el uso del agua ha crecido a más del doble de la tasa de aumento de la población en el siglo pasado.Para 2025, se estima que 1.800 millones de personas vivirán en áreas plagadas de escasez de agua, con dos tercios de la población mundial viviendo en regiones con escasez de agua como resultado del uso, el crecimiento y el cambio climático.El desafío que enfrentamos ahora es, a medida que avanzamos hacia el futuro, cómo conservar, administrar y distribuir efectivamente el agua que tenemos.
