un aliado en para promover el lavado adecuado de manos


Un “bandido” resultó ser un gran aliado para diversas comunidades de Guanajuato. Se trata de “El bandido escurridizo”, una obra de teatro que proporcionó herramientas fundamentales para promover el lavado adecuado de manos en zona rurales y periurbanas de esa entidad.
Desde antes de que se desatara la pandemia de COVID-19 esta obra de teatro se montó como parte del proyecto Lazos de Agua que busca llevar acceso sostenible a agua segura y saneamiento y se vale de la metodología del arte social para promover también cambios de comportamiento en las comunidades beneficiadas.
La plataforma tiene como objetivo un cambio de comportamiento en 65 comunidades de la entidad en las que se llevaron a cabo inversiones para llevar agua y saneamiento, además de prácticas de higiene para beneficiar a alrededor de 45,000 personas.
Lazos de Agua busca generar sinergias que, además de dotar de acceso al agua a más personas, generen un cambio de comportamiento para la sostenibilidad de las inversiones en las comunidades beneficiadas y acciones para el desarrollo de productos financieros específicos para agua, saneamiento e higiene, así como para fortalecer la cadena de suministro de bienes y servicios del mismo sector.
Cortesía One Drop / Fundación FEMSA / Heidy Cabrera
Esta iniciativa vio la luz en marzo de 2017 y participan Fundación FEMSA, One Drop, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y The Coca-Cola Foundation, así como gobiernos nacionales y locales. Con una inversión de aproximadamente 50 millones de dólares, la plataforma tiene como objetivo mejorar el acceso a agua, saneamiento e higiene para alrededor de 200,000 personas hacia finales de 2022. De éstas, aproximadamente 160, 000 también participarán en actividades de Arte Social para el Cambio de Comportamiento (SABC, por sus siglas en inglés). De momento, Lazos de Agua ejecuta proyectos en Colombia, Guatemala, México, Nicaragua y Paraguay.
LOS PROTAGONISTAS DE CAMBIO
Para la fundación de Lazos de Agua se buscaron organismos con experiencia en la sostenibilidad de las intervenciones en materia de agua y saneamiento de las comunidades para crear una red que no solo aportara recursos, sino conocimientos sobre el tema.

“En la exploración de incorporar hábitos de higiene, tuvimos un acercamiento con One Drop y nos presentaron una metodología muy interesante centrada en el cambio de comportamiento a través del arte social. Esta metodología considera que la forma más fácil de hacer que las personas modifiquen hábitos es acercándoles los mensajes a través de actividades lúdicas basadas en su cultura”, declaró en entrevista Carlos Hurtado, gerente de Desarrollo Sostenible de Fundación FEMSA, uno de los socios de la plataforma.
Detrás del desarrollo de intervenciones de arte social como la que se puso en marcha en Guanajuato, a través de Lazos de Agua, no hay improvisación; al contrario, existe un método que permite que los mensajes lleguen de manera efectiva a la comunidad beneficiada.
“Basamos las intervenciones en evidencia para crear intervenciones mucho más acertadas y a la medida; y también es sumamente importante que esto lo basamos en un estudio, hacemos estudios que se llaman formativos para comprender bien cuáles son las barreras que impiden la práctica de ciertos conocimientos. Una vez que ya tenemos toda esta información empezamos a trabajar con artistas para que ellos, basados en una metodología científica y habiendo obtenido respuestas a todas estas preguntas que tenemos en un inicio, puedan echar a andar su creatividad, conjunten creatividad con información y, con esta teoría científica de cambio de comportamiento, creen piezas artísticas con la comunidad y se difundan en estas comunidades”, detalló Ernenek Duran, director de programas, One Drop.
Por ejemplo, en Guanajuato se intenta modificar tres comportamientos: lavado de manos, pago de tarifa y tratamiento y almacenamiento del agua para beber. Para este proyecto se desarrollaron tres obras de teatro con artistas profesionales de la localidad y se organizó una gira por las comunidades beneficiadas.
Otro socio en este esfuerzo es el Banco Interamericano de Desarrollo que encontró en el modelo de Lazos de Agua una manera de garantizar que el financiamiento para obras de infraestructura genere beneficios reales en las comunidades intervenidas.
Cortesía One Drop / Fundación FEMSA
“Si uno da acceso al agua y la gente eventualmente no se lava las manos de manera adecuada, obviamente los beneficios en salud que se buscan por el acceso a infraestructura básicamente quedan casi nulos”, reconoció German Sturzenegger, especialista senior de Agua y Saneamiento del BID.
NO TODO ES LA TUBERÍA
Si algo ha quedado claro para los participantes de Lazos de Agua es que, para que las obras de infraestructura que garantizan el acceso al agua en comunidades rurales o periurbanas sean sostenibles, es necesario fomentar los cambios de comportamiento de la comunidad beneficiada.
“Típicamente el enfoque había venido siendo de infraestructura, es decir, un proyecto de agua es esencialmente la tubería, el pozo, el almacenamiento, las redes, la potabilización, pero nunca se había trabajado bien en todo lo que es el cambio de comportamiento que tiene que acompañar el acceso a infraestructura. Ese acceso tiene que venir acompañado de un trabajo en materia de comportamiento y de generación de nuevos hábitos que es fundamental para que esa infraestructura se opere bien, se mantenga bien y se utilice bien”, aseveró Sturzenegger.
Según el especialista del BID, aproximadamente 30 por ciento de los sistemas de agua rural que se han construido en los últimos 15 o 20 años tienen algún problema; es decir, o no funcionan o han dejado de dar agua de manera continua o el agua que provee ha dejado de ser potable, por ello es necesario involucrar a la comunidad para que esas obras sean sostenibles.
“Por mucho tiempo ha estado olvidado algo que es muy importante, que es la parte más ‘suave’ de las intervenciones, que en este caso es el cambio de comportamiento; es decir, una infraestructura no va a tener el mismo efecto en la población, en la salud de la población y en el mejoramiento de las condiciones de vida si no viene acompañada de un enfoque muy claro de cambio de comportamiento, porque esto va a permitir garantizar la sostenibilidad de las inversiones que se hacen en infraestructura”, añadió Duran.
Y es aquí donde la participación de las personas que viven en las comunidades beneficiadas es fundamental, pues al trabajar con ellos como lo hace Lazos de Agua se les otorga herramientas para aprovechar y cuidar de mejor manera la infraestructura desarrollada.
“El tubo es un elemento necesario, pero no es suficiente. Al final, sobre todo en los últimos años nos damos cuenta de que todo el diseño de nuestros proyectos tiene que estar alrededor de las personas, centrado en las personas, habilitarlas para que puedan vivir sanas, felices, productivas. Lazos de Agua está centrado alrededor de la gente y cómo hacer que los conocimientos se quedan más enraizados en las comunidades”, aseguró Hurtado
EL MODELO A·B·C PARA LA SOSTENIBILIDAD DE LA PLATAFORMA
Se estima que en la actualidad unas 19 millones de personas en América Latina y el Caribe carecen de acceso a agua segura.
Es en este contexto que Lazos de Agua quiere colaborar para reducir estas cifras. Para lograrlo, existen diversas iniciativas en las no solo los gobiernos tienen una tarea pendiente, pues hacen falta esfuerzos coordinados en los que participen organismos internacionales y la iniciativa privada.
¿Cómo se logra? Lazos de Agua se implementa a través del modelo A·B·C para la Sostenibilidad, desarrollado por One Drop: Access, Behaviour Change y Capital (acceso, cambio de comportamiento y capital).
El acceso se refiere a la construcción o rehabilitación de infraestructura de agua y/o saneamiento; el comportamiento busca impulsar la movilización de las comunidades para fomentar que adopten hábitos saludables relacionados con el agua, saneamiento e higiene, y el capital genera un ambiente propicio para el desarrollo de soluciones financieras y de mercado ajustadas a las condiciones locales, por ejemplo a través de alianzas con instituciones microfinacieras y del fortalecimiento de la cadena de suministro de bienes y servicios del sector de agua, saneamiento e higiene.
En diciembre de 2019 se reportó que, gracias a las acciones de Lazos de Agua, más de 98,000 personas en la región tenían un mejor acceso a agua segura y servicios de saneamiento, y casi 120,000 habían participado en intervenciones de Arte Social para el Cambio de Comportamiento.
“En México llevamos casi 31,000 personas beneficiadas con acceso al agua. Se está trabajando con el tema de arte social, está funcionando, por ejemplo, a través de teatro comunitario en donde se preparan obras con artistas locales y tienen mensajes, sobre todo de lavado de manos. También hay unas obras de títeres donde se exponen las consecuencias de no lavarse las manos, cómo se enferma el abuelito y cosas así. Está muy bien trabajado para que estemos mandando esos mensajes en la comunidad”, explicó Hurtado.
POR TODO EL CONTINENTE
El diseño de los proyectos en los que se ha involucrados Lazos de Agua es tan variado como los países en los que interviene, pues en cada zona beneficiada se desarrolla “un traje a la medida” de cada comunidad para promover el cambio de comportamiento.
Lo que sí es común en cada país es la claridad de la meta a cumplir.
En Guatemala, el Proyecto Quiché beneficiará a 37,000 personas en los municipios de San Andrés Sajcabajá, San Antonio Ilotenango, San Bartolomé Jocotenango y Santa Cruz del Quiché, del departamento Quiché.
Con un presupuesto de casi 10 millones de dólares, las actividades en Quiché son coordinadas por Water For People, socio que se sumó recientemente al proyecto.
Nicaragua Rural es un proyecto que contribuye al mejoramiento de las condiciones de vida de 17,000 habitantes de zonas rurales en 34 comunidades ubicadas en los municipios de Waslala, Waspam y Puerto Cabezas.
A este proyecto se destinaron 7 millones 650,000 dólares y uno de los cambios de comportamiento que se buscó generar es inspirar la adopción de hábitos como tratar y almacenar de forma segura el agua en el hogar; lavarse las manos con agua y jabón en momentos clave y pagar la tarifa del servicio de agua.

En Colombia se puso en marcha el proyecto ConvidArte mediante el cual se busca beneficiar a 20,000 personas de 20 comunidades rurales y siete urbanas de Tumaco. A estas acciones se destinaron 6 millones 58,569 dólares para actividades tendientes a mejorar el acceso al agua a través de la Alcaldía de Tumaco.
Finalmente, en Paraguay, Lazos de Agua emprendió el proyecto Y Kuaa, que busca beneficiar a 44,000 habitantes de comunidades rurales y pequeñas ciudades ubicadas en los departamentos de San Pedro, Concepción, Caaguazú, Guairá, Paraguarí e Itapúa.
Este proyecto complementa el programa de agua y saneamiento del gobierno de Paraguay, y para ello se destinaron 40 millones 290,853 dólares; para su ejecución contó con la participación de actores clave como grupos de artistas Jakairá, Asociación Cultural Crear en Libertad y Asociación Tierranuestra.
“Lo que buscamos con Lazos de Agua es crear esta plataforma donde nosotros podamos ir replicando de manera sencilla, tanto porque se puedan unir otras empresas, otras entidades a la plataforma, y hacerla más grande, como poner a disposición toda la metodología y todo lo que estamos aprendiendo. Para nosotros la idea es que esto se vuelva, y ahí es donde entra el Banco Interamericano de Desarrollo, una mejor práctica que ellos puedan incorporar en sus procesos de préstamos a lo largo de la región. Para nosotros el tema de la replicabilidad es fundamental y ha sido un eje fundamental en la plataforma”, finalizó el representante de Fundación FEMSA.



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