Día Internacional del Trabajador virtual marcado por los daños económicos del coronavirus



El Día de los Trabajadores se conmemoró este año en un espacio global, internet, y con reivindicaciones muy similares en todo el planeta debido al coronavirus que está provocando ya una fuerte caída del empleo.
Así la poderosa Confederación de Sindicatos Alemanes (DGB) que cuenta casi seis millones de afiliados, advirtió contra un recorte de los derechos laborales en medio de la destrucción de empleo causada por la pandemia de la COVID-19.
“Necesitamos un plan coyuntural que garantice los puestos de trabajo y evite que se rompa la cohesión social”, afirmó el presidente de la DGB, Reiner Hoffmann, en un acto de su organización en formato virtual.

El dirigente sindicalista recordó que Alemania “vivirá este año la peor recesión desde la II Guerra Mundial” con una caída prevista del Producto Interior Bruto (PIB) del 6,3 %.
No obstante, Alemania está en mejor situación que la mayoría de países, incluso de su entorno: el paro aumentó en el último mes en un 0.9%, pero está por debajo del 6%, en un 5,8%.
Además, el presidente de la DGB valoró positivamente las acciones emprendidas por la gran coalición de la canciller Angela Merkel para proteger a la empresa y evitar despidos masivos.
En ello juega un papel fundamental un tipo de jornada reducida, en el que el Estado aporta hasta un 80 % del sueldo del trabajador a cambio de que no haya despidos en una empresa. 751.000 empresas han solicitado ya este régimen para 10,1 millones de empleados, según cifras de la Agencia Federal de Empleo (BA).
La intervención de Hoffmann fue en un programa virtual de tres horas ofrecido desde diversas plataformas en internet que fue el acto principal de un Primero de Mayo atípico.

En Italia, uno de los países más afectados por el virus y donde también hay una gran tradición sindical, el acto del Primero de Mayo, se celebró en la televisión pública, RAI, con un programa especial en el que participaron los líderes d las tres principales organizaciones de trabajadores, CGIL, CISL y UIL, Maurizio Landini, Annamaria Furlan y Carmelo Barbagallo, respectivamente.
El lema presentado en el programa por los sindicatos, “Trabajo en seguridad: para construir el futuro”, recuerda que Italia, con 205.000 infecciones y 28.000 muertos con coronavirus, emprende el lunes su reapertura gradual en sectores como la construcción o las manufacturas, lo que pondrá en circulación a 4,5 millones de personas antes confinadas.
“Se trabajará solo con condiciones de seguridad, de lo contrario se suspende la actividad. Es el momento de la responsabilidad”, dijo Landini para después exigir la aplicación de un protocolo con medidas de seguridad acordado con la patronal.
El primer ministro, Giuseppe Conte, al felicitar la fiesta del trabajo reconoció que el mundo laboral se está viendo sometido a una “dura prueba” por el virus.
“El Estado, como todos los trabajadores, nunca se vio ante una amenaza sanitaria y económica como esta. En los últimos 50 días hemos tenido que hacer un esfuerzo económico equivalente a los Presupuestos de dos o tres años”, explicó en Facebook.
La ministra de Empleo, Nunzia Catalfo, estudia más disposiciones para amortiguar el efecto de la pandemia en el mercado laboral, algo que cree que funciona ya que la tasa de paro en marzo bajó al 8,4 % frente al 9,3 de febrero, de acuerdo al Instituto de Estadística.
Su idea es extender otros tres meses la prohibición de despedir a causa del impacto del coronavirus, en vigor desde el 23 de febrero, y aumentar el fondo de expedientes de regulación temporal de empleo.
Uno de los platos fuertes del Primero de Mayo en Italia es el concierto que los sindicatos organizan desde 1990 en la plaza romana de San Giovanni, tradicional feudo de la izquierda y que hoy aparece completamente vacía.
Este año no tendrá lugar en vivo a causa del confinamiento y la petición de evitar aglomeraciones, pero eso no evitará que se celebre y las estrellas amenizarán la jornada con conciertos televisados y sin público desde varios puntos del país y del extranjero.

Tampoco se ha llenado la Plaza Roja de Moscú y solo las banderas que decoran algunos edificios recuerdan que este viernes era el Primero de Mayo.
Este año, el líder del Partido Comunista, Guennadi Ziugánov, tuvo que trasladar el mitin a las redes sociales, al igual que el cabeza del Partido del Crecimiento, el defensor de los empresarios, Borís Titov, los representantes de la Federación de Sindicatos Independientes de Rusia o el líder del ultranacionalista Partido Liberal Democrático de Rusia (PLDR), Vladímir Zhirinovski.
Normalmente, cada Primero de Mayo se suelen reunir más de 100.000 personas en la plaza Roja para acudir a la convocatoria de los sindicatos, y otros miles al mitin de los comunistas.
Música, globos de diferentes colores, banderas y las clásicas pancartas de “Paz, mayo, trabajo” inundan las calles de la capital y de otras ciudades, pero este año poco hay que celebrar. Rusia ocupa el octavo puesto en el mundo por número de casos confirmados, si bien por ahora registra menos muertes por la COVID-19 que otros países; hay 114.431 contagiados confirmados y 1.169 fallecidos.
En el ámbito económico y laboral tampoco hay perspectivas buenas: el Banco de Rusia prevé una caída del PIB este año de entre un 4 % y 5 %, mientras que el Ministerio de Trabajo calcula un desempleo de entre 5 y 6 millones de personas.

En España, los secretarios generales de los dos principales sindicatos CCOO y UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez, no han encabezado este año ninguna manifestación, sino que han pronunciado sus discursos en una sala vacía delante de dos imágenes de la madrileña Puerta del Sol, lugar tradicional de los actos del Primero de Mayo.
Una mostraba la céntrica plaza llena de gente, como era habitual en un Primero de Mayo, mientras que la otra reflejaba la situación actual de soledad por el confinamiento de la población.
El líder de UGT ha querido dedicar este Día del Trabajo a las personas que durante este largo periodo de tiempo han estado trabajando arriesgando su salud y su vida, y ha dejado claro que “de esta pandemia hay que salir con servicios públicos más fuertes y pensados para dar respuesta a las necesidades de ciudadanos”.
Sordo ha pedido que se piense en el “día después” de esta pandemia en la que Europa debe estar a la altura, para que no se salga de esta crisis como de la anterior, en tanto que Álvarez ha reclamado un mayor protagonismo de los sindicatos europeos en las negociaciones en el marco de la UE.
“Este país lo vamos a sacar adelante sus trabajadores”, ha remachado Sordo. Precisamente es ese, “El valor de tu trabajo”, el lema elegido en este Primero de Mayo por el sindicato USO, que tampoco ha salido a la calle pero que quiere rendir homenaje a los trabajadores de profesiones poco valoradas y reconocidas que ahora se han demostrado esenciales.

En Francia, por primera vez en años las tradicionales manifestaciones del 1 de mayo no salieron a la calle, y tuvieron que limitarse a mensajes en redes sociales, caceroladas aisladas y alguna que otra pancarta en los balcones.
El presidente francés, Emmanuel Macron, mandó unas palabras a las organizaciones sindicales que no pudieron “celebrar las tradicionales marchas”, y a los trabajadores que han asumido un papel elemental en la crisis: personal sanitario, fuerzas del orden, pero también agricultores, funcionarios, autónomos y quienes hacen ahora teletrabajo.
“El espíritu de este 1 de mayo, de solidaridad entre los trabajadores, nunca ha sido tan potente”, dijo, y zanjó su declaración con un mensaje de ánimo, prometiendo a los franceses que “juntos” remontarán la “difícil prueba” de la crisis sanitaria.
“Es gracias al trabajo, celebrado este día, que la nación resiste”, dijo, por otra parte, el jefe del Estado en tono optimista en un vídeo transmitido en Twitter.
La misiva no fue recibida precisamente como una mano tendida por los sindicatos. El secretario general de la Confederación General de Trabajadores (CGT), Philippe Martinez, le respondió en la emisora “France Inter” que es el momento de “pasar a la acción”.
Para el sindicalista de origen español, uno de los rostros más conocidos del país por su férrea oposición a las reformas laborales y estructurales de Macron y su antecesor, François Hollande, esta crisis pone en evidencia lo que su sindicato denuncia.
“Pienso en los hospitales, en el movimiento social contra el recorte de camas, las peticiones de más contrataciones, esto es lo que esperamos del Gobierno”, dijo.
También el primer sindicato de Francia, la reformista Confederación Francesa de Trabajadores (CFDT), enarboló en redes los valores de una “Europa protectora, más social, más democrática y capaz de aportar soluciones colectivas, económicas, sanitarias y ecológicas a la crisis”.

Precisamente la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, aseguró hoy, en un mensaje en twitter, que “en estos tiempos duros para los trabajadores europeos, la Unión Europea está de su parte”.
“La UE protege millones de empleos y a los europeos que trabajan duro a través de nuestra iniciativa SURE”, dijo en referencia al fondo contra el paro propuesto por Bruselas que contará con 100.000 millones de euros para dar créditos en condiciones favorables a los países, que podrán usarlos para financiar esquemas de reducción de jornada subvencionada con el fin de evitar despidos.
“Europa apoya a los trabajadores, en el Día del Trabajo y en todos los demás días”, concluyó Von der Leyen.
Este jueves, la oficina de estadística comunitaria, Eurostat publicó que la pandemia de coronavirus ha provocado ya durante el primer trimestre de 2020 caídas históricas del producto interior bruto (PIB) de la Unión Europea (UE) y la eurozona, y se ha hecho notar también en los datos de desempleo de marzo.
según una primera estimación publicada este jueves por el PIB de los países del euro cayó un 3,8 % en el primer trimestre de 2020 respecto al último de 2019, mientras que el del conjunto del club comunitario retrocedió un 3,5 %.

Al otro lado del Atlántico, en México, el Primero de Mayo está marcado por cientos de miles de nuevos desempleados, la agudización de la precariedad laboral y la incertidumbre de las políticas del Gobierno para sortear la crisis del coronavirus.
México perdió 346.878 empleos tan solo del 13 marzo al 6 de abril, una tendencia que apunta a una pérdida de 600.000 puestos de trabajo en abril, el segundo mes del brote de COVID-19 en el país, estima Elías Micha, director general de Tallentia MX, asociación empresarial especializada en recursos humanos.
De cumplirse el pronóstico más pesimista, de una contracción económica de 12 %, México perdería hasta 1,5 millones de empleos en 2020 sin un paquete de medidas adecuadas, que debería representar 6 % del PIB, según un informe de esta semana de BBVA.
El coronavirus también “desnuda la precariedad” de los trabajadores mexicanos, manifiesta Rogelio Gómez, coordinador de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, que agrupa a más de 60 organizaciones civiles.
Antes de la llegada de la enfermedad, ya había 34 millones de trabajadores sin acceso a servicios de salud de seguridad social y 18 millones sin un contrato estable, lo que dificulta la atención médica en plena pandemia, explica Gómez.
A esto se suma que 31,3 millones de personas laboran en la informalidad, un 56,2 % del total de 55,6 millones de trabajadores, según el Inegi.
El papa Francisco aludió hoy, durante su misa matinal dedicada al Día del Trabajador y a San José Obrero, a este tipo de situaciones al denunciar que en el mundo sigue habiendo “esclavos, hombres y mujeres obligados a trabajar de forma forzada, injusta o mal pagada”.
Por eso el papa argentino expresó su cercanía con las personas “creyentes y no creyentes” que celebran el Día de los Trabajadores y “luchan por una justicia laboral” y también por aquellos empresarios que “dan trabajo con justicia aunque pierdan” riqueza.



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