El mundo animal también tiene especies muy trabajadoras


A propósito del Día Internacional de los Trabajadores, WWF Chile hizo un listado de siete animales, vertebrados e invertebrados, que no lo piensan dos veces antes de ponerse “patas” (o aletas) a la obra o de emprender misiones de largo aliento.
Abejas

Las obreras recorren kilómetros y cerca de 10 horas diarias para conseguir una cantidad de miel que no supera un dedal, tomando el néctar de unas ocho mil flores a la semana. Además, entre otras tareas, mantienen una temperatura adecuada para el desarrollo de las crías en la colmena, recolectando agua e incluso utilizando sus alas para abanicar el aire y bajar la temperatura en caso de calor excesivo. Las abejas reinas tampoco la tienen fácil, ya que puede poner hasta 1.500 huevos por día.
En general, las abejas son los principales polinizadores en los ecosistemas que presentan plantas con flores.
Hormigas

Son uno de los estandartes de la laboriosidad y el trabajo en equipo y especializado, con algunas destinadas a construir caminos, otras a la recolección de comida, cuidado de los huevos, defensa de las colonias, e incluso al cultivo de alimentos, llevando hojas al hormiguero para el crecimiento de hongos. El transporte de pesadas cargas es parte del día a día de estos insectos, que pueden cargar hasta 50 veces su propio peso.
Lábrido limpiador

Este pez es muy querido por el resto de los peces que habitan en los arrecifes de coral, ya que su trabajo consiste en mantenerlos libres de parásitos no deseados y escamas muertas. De apenas cinco a siete centímetros, realizan una completa limpieza en aletas, colas y bocas, incluso en peces de mucho mayor tamaño que podrían ser sus depredadores.
Leones

O mejor dicho, leonas, ya que ellas se llevan buena parte de la responsabilidad de conseguir el alimento, cazando, además del trabajo de crianza de los cachorros. Para cazar, además, lo hacen en equipo, pudiendo así abordar criaturas de su mismo tamaño o incluso superiores, como jirafas y elefantes.
Fardelas negras

En promedio, pueden volar más de 500 kilómetros al día en un épico viaje de migración para nidificar y cuidar sus crías en pequeñas islas del hemisferio sur, particularmente durante noviembre, tanto en el océano Pacífico como en el Atlántico. Terminada la temporada de crianza, entre marzo y mayo, emprenden vuelo para continuar su ruta circular hacia el norte, generalmente a ras del agua, alcanzando aguas subárticas entre junio y julio. Su periplo es solitario, ya que no suelen agruparse en bandadas, aunque en sitios como isla Guafo, al sur de Chiloé, llegan a congregarse hasta cuatro millones de fardelas negras, conformando la mayor colonia reproductiva de aves marinas del planeta.
Pingüinos de Humboldt

Esta ave es endémica de la corriente de Humboldt, encontrándose sólo desde Perú hasta el sur de Chile (Chiloé). Realiza diversas actividades a diario, entre la búsqueda de alimento, la limpieza profunda de su plumaje y el cuidado de los nidos y sus crías. Sin embargo, en el trabajo en que realmente destaca es en la construcción de sus madrigueras, muchas veces habilitadas en altura, con el uso y traslado de elementos desde la orilla del mar. Las construyen en el guano de aves, para protegerse del sol.
Castores

A pesar de ser una amenaza para la biodiversidad y estar considerados en Chile como una especie invasora dañina, los castores demuestran con sus obras que son de los arquitectos más talentosos del mundo animal. Cortan y transportan troncos de árboles para construir sus “casas” y son expertos levantando diques, generando embalses de inigualable perfección y abriendo canales, todo para protegerse de los depredadores y hacer más fácil su vida diaria.



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