Ecología y Covid – El Mostrador



En el medio natural los topos, conejos, marmotas, suricatas y las ratas viven en madrigueras. Esta estrategia les permite estar a salvo de los depredadores y perpetuar su especie.
Todas las estrategias son posibles soluciones a problemas o amenazas y deben ser probadas. Sin duda, estos animales en sus madrigueras superan transitoriamente el riesgo vital y como pertenecen a un ecosistema mayor y dependen de sus recursos para satisfacer algunos o varios aspectos de su ciclo de vida (a esto se llaman nicho ecológico) entonces estos pequeños mamíferos deben salir de sus madrigueras en busca alimento y es en este momento que la estrategia de “madriguera” es vulnerable y los depredadores que también tienen su nicho ecológico, diezman la vida de estos pequeños animales.
Este fenómeno es una ley de la naturaleza. El enfoque Darwiniano nos permite entender que se trata de adaptación y selección natural, todos los organismo en el gran ecosistema de la vida son co-dependientes, interactúan, así el predador se beneficia y la presa es negativamente afectada. También en el parasitismo y la competencia que son otros hechos ecológicos, donde la supervivencia define la realidad de la vida.
Los modelos ecológicos o biológicos han traspasado su ámbito clásico naturalista y hoy sus principios se aplican en el mundo empresarial o económico, en la sicología y en la administración pública y privada, donde permiten interpretar, proyectar y tomar decisiones. En suma, la ecología aporta significativamente en el desarrollo o constituye la realidad global.
No podemos abstraernos a las leyes de la naturaleza, por lo tanto, entender, razonar o tomar conciencia de esto, es útil y abre una oportunidad para nuestra adaptación y supervivencia como especie humana, postmoderna, tecnológica, informatizada, consumista y sico social.
Actualmente la pandemia del covid nos ha trasformado en animales de madriguera o en confinamiento, almacenando recursos para mantenernos allí el mayor tiempo posible. Hoy, no estamos arrancando de las personas, estamos teniendo distancia o evitando una interacción ecológica como huésped donde somos la especie negativamente afectada.
Así como las presas nunca podrán eliminar a los predadores nosotros no superaremos la pandemia estando indefinidamente en nuestras madrigueras. Inexorablemente debemos salir y enfrentar el medio externo, el medio natural, nuestro nicho ecológico ya está escrito, es una ley, eso significa que el covid atacará cada vez que nuestra estrategia este vulnerable. El ciclo biológico del humano no incluye el confinamiento, no somos roedores, topos ni suricatos, no es posible perpetuar nuestra especie y nuestras capacidades de autorrealización y desarrollo humano estando indefinidamente en nuestra casa.
El pensamiento de que si estamos por un tiempo prolongado en el ámbito hogar y con todos los resguardos de distanciamiento social y protocolos médicos llegará a un momento en el que el covid cese espontáneamente nunca ocurrirá, porque la naturaleza y la ecología nos está diciendo lo contrario.
La estrategia actual solo dilata el ciclo biológico del covid, la capacidad que tiene este predador no disminuirá, solo es cuestión de tiempo, él espera pacientemente que los habitantes salgan de sus madrigueras para conocer su final.
La única solución es invertir el sentido relacional ecológico, entre el humano y el virus. Debemos dejar de ser la presa o huésped y convertirnos en especie clave, es decir, revindicar lo que históricamente hemos sido, el depredador. La pregunta es cómo y la respuesta es fortaleciendo nuestro sistema inmunológico, dándole las herramientas para que destruya este virus, es decir, debemos terminar de crear una vacuna, urgentemente.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.



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