Termina polígrafo con carrera de policía en Jalisco




Guadalajara, Jalisco.- Francisco Martín Herrera fue dado de baja como policía hace 5 años porque supuestamente estaba coludido con la delincuencia organizada, pero él y sus compañeros lo niegan rotundamente.El polígrafo, consideran, influyó de forma negativa en los resultados del examen de control de confianza, pues el ex servidor público no tenía faltas graves.

Fue despedido y desde entonces no ha tenido un trabajo estable: ha pasado de ser vigilante a vender elotes y, últimamente, a comercializar plantas en la cochera de su casa.
“Cuando me hicieron el examen, no sé si por lo nervioso o por mi enfermedad, me brincaban los nervios, yo veía cómo brincaban en mis brazos. Yo no sé si una máquina fuera a saber exactamente si usted está mintiendo o está diciendo la verdad”, relató.

Lo programaron dos veces para la prueba, contó, y para entonces ya tenía muchos años de padecer diabetes.
“Me hacían preguntas repetidamente porque, según ellos, yo estaba mintiendo. La pregunta que más me repetían era que sí yo recibía dinero de la delincuencia organizada, cosa que pues no, aunque yo sabía que había corrupción donde trabajaba”, sostuvo.

Francisco, de 49 años, comenzó como oficial en Tlaquepaque y de ahí se pasó a la Comisaría estatal, donde lo asignaron como policía custodio a la Dirección General de Prevención y Readaptación Social -hoy Reinserción Social-, primero en el Tutelar y luego en el reclusorio para personas sentenciadas.Cuando le avisaron de su baja, luego de 14 años de antigüedad, le iba a dar un coma diabético, aseguró.
“Luego estuve cuidando un rancho para allá para La Capilla, cerca de Chapala, pero me salió una úlcera en un pie. También estuve vendiendo elote asado y ahorita tengo un pequeño vivero en la cochera de su pobre casa, vendo plantas, tengo una camionetita Chevy y pues en esa surto y vendo aquí mis plantitas”.

El ex custodio afirma que si la autoridad hace una investigación se daría cuenta de que aún no tiene ni vitropiso en su vivienda, que además sigue en construcción.Cuando era custodio tenía un negocio de venta de cinturones piteados en la penitenciaría, que reos le ayudaban a fabricar, pero tenía permiso de los coordinadores del centro y de sus comandantes.Hace año y medio fue a pedir trabajo a una empresa, donde incluso iba a aceptar un puesto en intendencia, pero lo rechazaron al saber que era ex policía.
“Hay policías que traen la camisa nada más por traerla, pero hay quienes sí estimamos el uniforme, lo queremos. Yo no le digo que fui una blanca palomita, pero conocí muchos compañeros que sí andaban mal y esos pasaron sin problema el polígrafo”, aseveró.

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