Deuda: ¿Vamos hacia un “default blando”?



Este viernes a las 17 horas de Nueva York, vence el plazo de gracia que dispone el Gobierno para pagar vencimientos de los bonos Globales. Argentina ya no posee más respaldo legal para continuar postergando el desembolso de unos u$s 503 millones a los acreedores. De esta forma, nuestro país debería depositar el dinero en las cuentas de los bonistas, o no pagar e ingresar en default.

Esta última parece ser la opción elegida por el Ministro de Economía, Martín Guzmán. Su argumento es que no tendría sentido pagar vencimientos que forman parte del paquete de u$s 68.000 millones en títulos a reestructurar. Incluso, desembolsar lo correspondiente por los bonos Globales sería visto como un gesto de debilidad argentina para continuar las negociaciones. ¿Continuar las negociaciones?
Sí, Argentina no pagaría los vencimientos pero continuaría con las negociaciones. Es que el impago estaría acordado con los acreedores internacionales. Este pacto consistiría en que los bonistas no iniciarían las demandas judiciales correspondientes, tan temidas para el Gobierno Nacional. El gesto de “buena fe” frenaría las consecuencias desastrosas que tendría la declaración de un “default duro”. 

De esta forma, nuestro país ingresaría en un estado de “default blando”, donde las partes continuarán acercando sus posiciones. Se acumula evidencia que indica que las negociaciones son cada vez más amistosas. Guzmán ya adelantó este martes que “el 22 de mayo es una fecha anecdótica” y que “las negociaciones continuarán”, en una conferencia virtual frente a la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina.  
BlackRock
Los acreedores se encuentran nucleados en tres grupos distintos, quienes presentaron tres contraofertas diferentes a la publicada por el Gobierno. BlackRock, el fondo de inversión más grande del mundo que posee una parte considerable de la deuda argentina, lidera el grupo que había hecho la propuesta más agresiva hacia nuestro país. Pero hoy, el gesto de Guzmán fue correspondido por el gigante de las finanzas. La propuesta del Gobierno ofrecía un valor de aproximadamente 40 centavos por cada dólar en los bonos resultantes del canje. La contraoferta del grupo de acreedores liderado por BlackRock consistía en un valor de 60 centavos por dólar. En el medio se ubican los otros dos comités de bonistas. La novedad es que el fondo dirigido por Larry Fink informó que sus pretensiones bajaron, y estaría dispuesto a aceptar entre 50 y 55 centavos por dólar. De esta forma, las partes parecerían avanzar en un proceso de acercamiento, donde se estima que el eventual acuerdo resultaría en títulos cuyo valor rondaría entre 48 a 50 centavos por dólar. Este estadío de negociaciones “amistosas” resultaría en una nueva oferta argentina que sería acordada previamente con un número importante de acreedores. Así se explica la escalada en los precios de los bonos y acciones argentinas durante los últimos días, además de la caída en las cotizaciones de los dólares “libres”. 
El futuro
Pero el optimismo reinante aún tiene un largo camino para convertirse en realidad. Existen dos tipos de bonos, con dos condiciones de aceptación diferentes: para los emitidos en el 2005 (bonos k), se exige que un 85% del total de los papeles ingresen en el canje, además de un 66% de cada título. En el caso de los bonos emitidos en 2016 (bonos m), la cláusula establece un 66% del total y un 50% de cada uno.Esta discriminación entre papeles emitidos por nuestro país no sólo genera negociaciones diferenciadas entre el Gobierno y los acreedores, sino entre los acreedores mismos. De aquí se desprende que al día de hoy existen 3 grupos con propuestas diferentes. Por esto, que los bonistas se pongan de acuerdo entre ellos también es una parte importante de la negociación.

La nueva fecha límite para acordar o entrar en un “default duro” será el 30 de junio. Ese día el Gobierno debería pagar el cupón correspondiente a un vencimiento del bono Discount, correspondiente a la emisión del 2005. Debido a que sus protecciones legales son mejores que los Globales que vencen mañana (emitidos en 2016), se asume que nuestro país no podría lograr un estiramiento de plazos como el que entraría en vigencia en las próximas horas. El Gobierno presentó su oferta. Los acreedores presentaron la suya. Durante los próximos días, los equipos técnicos ingresarán en un rally de reuniones virtuales buscando acercar posiciones. El optimismo imperante se fundamenta en la decisión política del Gobierno de acordar con los acreedores y evitar un “default duro”. Esto implica necesariamente un mejoramiento en las condiciones de la oferta argentina. Es decir, pagar más por los bonos resultantes del canje.En esta nota:



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