¿Cómo llegaría Acru a la Red Bull de 2020?



En el día de ayer, un bombazo sacudió a la comunidad de freestyle argentina y mundial: Acru había enviado su prueba de audición para la Red Bull Batalla de los Gallos, la madre de todas las competencias de freestyle en español, confirmando sus intenciones de volver al ruedo.Acru es, sin lugar a dudas, un espécimen único dentro de toda la selva de freestylers. La realidad es que existe un contaste considerable entre su nivel real y el nivel dado en su última aparición en competencias y en su primer y único paso por Batalla de los Gallos.Aun así, el público argentino tiene un fanatismo sin mesura para con él. ¿Qué competidor logra lo que logró él ayer, teniendo un historial tan irregular en batallas?
Lo cierto es que Acru demostró desplegar sus habilidades cuando está en su zona de confort y puede verse, sencillamente, en su paseo por la fecha 4 del último año de El Quinto Escalón.Volvió al Rivadavia y le ganó, en fila, a tres competidores de élite argentina: Nacho, Klan y MKS. A los tres con un manojo numeroso de flows (“No sabe na’ qué hacer este pibe cuando escucha fluir a Agustín”); a los tres con un manejo de técnicas hipnotizantes, estirando las rimas a placer y, a los tres, con un rapeo que, hasta ese momento, se había visto poco en el país.Pasó mucho tiempo desde su última competencia grande, pero aun así las expectativas son extremadamente altas (a sabiendas de que inflar a un competidor puede ser contraproducente tanto para él como para la magnitud de su posible derrota), así que es válido preguntar: ¿cómo llegaría Acru a la Final Nacional de Red Bull 2020?

Pasado, pisadoLa última vez que se lo vio a Acru en una competencia, no dio el nivel al que había acostumbrado al público. Quizás damnificado por el formato que propuso God Level para esa batalla (un 4×4 entre un total de seis competidores, tres por equipo), quizás abrumado por jugar fuera de casa.Así las cosas, tampoco había sido distinto en su participación en la Red Bull de 2015, que tenía un cartel de lujo. Los nervios le pudieron, el público no acompañó y Wolf, recién ascendido a FMS y subcampeón de BDLG, le ganó después de una réplica.Hoy, Acru está potenciado por dos factores íntimamente relacionados. El primero de ellos es la música, que se sabe que buffea el nivel rítmico de los competidores (los mejores casos son los que los argentinos tienen más a mano: Wos y Trueno) y el segundo es la costumbre de rapear para el público.Haberla pegado con la música, le permitió a Acru dar una cantidad considerable de shows a lo largo y ancho del país, haciendo que su puesta en escena mejore y los nervios se disipen.Por esto, Acru vuelve a ser un blanco a tener en cuenta y, si bien musicalidad nunca le faltó y ya producía tracks cuando competía, no se compara con la situación en la que se encuentra hoy en día.

4×4, ¿la némesis de los que fluyen?Pasó con Bnet, pasó con Trueno, pasó con Papo, pasó con Nobewan. Los competidores que fluyen de manera distintiva y riman de manera más técnica, suelen ser más disfrutables cuando se les otorga un minuto (o 40 segundos, en su defecto) para que se adueñen de la pista y no se vean obligados al tit for tat propio del 4×4.La última BDLG fue, salvo una ronda en la final, toda a 4×4 y, cuando se anunció, el público dio por muerto a Trueno. Y ya se sabe lo que pasó. Lo mismo con el madrileño Bnet en 2018 en su nacional y en 2019 en la internacional.Ahora sólo queda a esperar a que Acru sea aceptado (o no) y que Red Bull anuncie el formato (o no), para poder sacar más hipótesis de lo que pasará. Hay ejemplos de sobra para demostrar que ese temor de que se rapea “peor” en los 4×4 es infundado, pero existen algunos casos de MCs que bajan el nivel cuando llegan a esa instancia (Papo, en varias ocasiones). Sin embargo, no se puede hacer futurología. Será lo que tenga que pasar: lo que el freestyle quiera.



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