Pocahontas: 25 años de una historia diseñada para ganar el Oscar



En 1992 La Bella y la Bestia recibió la primera (y hasta ahora, única) nominación para un largometraje animado en la categoría principal de Mejor Película, pero finalmente perdió contra El Silencio de los Inocentes (Silence of the Lambs, 1991). Un año antes, el premio mayor había ido a parar a manos de Kevin Costner y su Danza con Lobos (Dances with Wolves, 1990), lo cual le dio a los ejecutivos de Disney una idea de la clase de historia que deberían contar si iban a aspirar nuevamente a la estatuilla.Repasando los registros de la historia nativo americana, se encontraron con la leyenda de Matoaka, la princesa powhatan que se hizo amiga de los colonizadores británicos a principios del siglo XVII. Apodada Pokahantesú por su espíritu aventurero o por su larga cabellera (las versiones son varias y los historiadores no se ponen muy de acuerdo), la joven algonquina era la figura perfecta para protagonizar una edulcorada película animada para toda la familia al mejor estilo Disney. Y su estreno fue programado para coincidir exactamente con el 400 aniversario del nacimiento de Pocahontas.

Pocahontas fue la primera película de Disney donde los animales no hablan

La compañía del ratoncito puso a su plantel principal de animadores a trabajar en el proyecto, junto al legendario compositor Alan Menken, responsable de la trinidad de clásicos musicales de La Sirenita (The Little Mermaid, 1989), La Bella y la Bestia (Beauty and the Beast, 1991) y Aladdin (1992). Al lado de Stephen Schwartz a cargo de las letras, compusieron una de las bandas sonoras más inolvidables de Disney. Mientras tanto, al otro lado del continente, el equipo suplente del estudio de animación trabajaba en otra película que serviría como “tentempié” para su nueva princesa: El Rey León (The Lion King, 1994).Con el diario del lunes es fácil pronosticar las apuestas, pero en ese momento las prioridades de Disney estaban con la historia de Pocahontas. La identidad de la tribu powhatan sería clave en el relato, al igual que su relación con los colonos ingleses y el romance entre la protagonista y John Smith, interpretado por el controversial Mel Gibson. Pero por supuesto la rigurosidad histórica y la representación cultural no eran las principales preocupaciones del estudio en la concepción de la historia, sino el mensaje de amistad entre ambos pueblos, que por supuesto fue mucho menos simpático en la vida real.

En la película, Pocahontas es una adulta cuando conoce a John Smith y está comprometida con uno de los guerreros de su tribu

La vida de Pocahontas se vio alterada por la llegada de los británicos en 1607, cuando ella era apenas una niña de 12 años. La expedición fue bien recibida al principio por la tribu algonquina, e incluso se generó una colaboración e intercambio comercial que beneficiaba a ambas partes. Pero los colonos se fueron haciendo más numerosos y sus exigencias aumentaron, provocando crecientes tensiones con los nativos americanos. En medio de todo esto, Pocahontas y otros niños de la tribu visitaban a los europeos en su campamento, hasta que uno de ellos, el capitán John Smith, fue capturado por uno de los jefes indígenas.Según la versión que llegó hasta nuestros días, relatada por el mismo Smith, estaba a punto de ser ejecutado cuando Pocahontas se interpuso en el medio y rogó a su padre que le perdonara la vida al inglés. A fin de evitar una guerra, los powhatan lo dejaron ir, pero para 1613 ya se había desatado un conflicto, marcado por violentos enfrentamientos. Pocahontas fue capturada a traición para intercambiarla por prisioneros ingleses y la llevaron como rehén a la colonia de Jamestown, en Virginia. Allí fue rebautizada como Rebecca y convertida al cristianismo, además de perfeccionar su inglés. Un colono llamado John Rolfe se enamoró de ella y la desposó un año después, trasladándose a Inglaterra con su hijo Thomas y una corte de nativos powhatan.

En la versión de Disney, Pocahontas se enamora de John Smith, y su romance trasciende el idioma ya que ambos se entienden a través de su conexión con la naturaleza. Sin embargo, la historia está suavizada a tal punto que resulta sosa y bastante problemática, amén de sus villanos y algunas canciones que no envejecieron nada bien. A pesar de no ser un completo fracaso de crítica y taquilla, el tibio recibimiento de Pocahontas (1995) le sirvió a Disney para involucrar más voces de otras culturas en su proceso creativo, con sucesivos proyectos como Mulan (1998) y Lilo & Stitch (2002).
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