Piñera en un callejón sin salida



Durante la última semana el Gobierno ha desplegado todo su poder para frenar el avance del proyecto de retiro del 10% de los fondos de las AFP, que se vota hoy en particular en la Sala de la Cámara de Diputados. La derrota sufrida hace una semana gracias a los 13 parlamentarios del oficialismo que respaldaron la moción y que dieron el quórum para aprobarla en general, golpeó tan fuerte a La Moneda que obligó al Presidente Sebastián Piñera a salir a liderar en persona la arremetida para evitar el desbande en su coalición. Una apuesta con la que el Mandatario pierde en todos los escenarios, porque aunque el proyecto efectivamente naufrague a la hora de la votación, ya dejó constancia pública de la debilidad absoluta de su comité político y no logrará cerrar la discusión pública sobre las pensiones ni los problemas de las medidas económicas para paliar la crisis sanitaria.
El Primer Mandatario se instaló en primera línea, llevó adelante solo –sin ministros– las conversaciones con los partidos de Chile Vamos y hasta habría llamado personalmente a varios de los diputados que respaldaron la iniciativa. Aunque desde La Moneda afirmaron que el Presidente “prefirió tener el rol protagónico”, lo cierto es que la estrategia fue forzada, debido a los anticuerpos y críticas que imperan entre los parlamentarios de Gobierno hacia los ministros del Interior, Gonzalo Blumel, y de Hacienda,  Ignacio Briones, más aún después de las negociaciones que lideraron la semana pasada, por las que varios diputados –por medio de sus jefes de bancada– reclamaron. A Blumel se le criticó abiertamente por estar ausente en las conversaciones en el Congreso y –en privado– varios diputados señalaron que su rol había “carecido de liderazgo”, mientras que, respecto al jefe de la billetera fiscal, solicitaron que “soltara el dogmatismo económico”.
Ayer La Moneda se jugó su carta más potente. Flanqueado in situ y por Zoom por ministros, jefes de las bancadas del oficialismo y los timoneles de Chile Vamos, el Presidente expuso el Plan de Ayuda para la Clase Media, que incluye un bono de 500 mil pesos para trabajadores con remuneraciones entre 500 mil y 1 millón 500 mil pesos que hayan sufrido una caída de –al menos– un 30% en sus salarios en medio de la pandemia, junto con préstamo estatal solidario de hasta 1 millón 900 mil pesos, el aumento del subsidio de arriendo y la postergación del pago del CAE por tres meses, entre otras medidas.
Todo indica aparentemente que el anuncio cumplió su objetivo, que alineó a la mayoría de Chile Vamos y hasta la diputada Erika Olivera (RN), que aprobó el retiro de fondos la semana pasada, valoró que el Jefe de Estado hiciera eco de propuestas como la suspensión de créditos universitarios. Sin embargo, en privado en las bancadas oficialistas varios advirtieron que algunos de los anuncios “vienen con letra chica” y que medidas como el crédito blando para la clase media “fueron reducidas en 600 mil pesos” y que “el ministro Briones hizo una bicicleta con los recursos”.

Al interior de La Moneda hay sensaciones divididas. Un sector ayer en la tarde ya sacaba cuentas alegres y resaltaban que debido al “gran esfuerzo” económico y político que han realizado esta semana, habrían logrado “al menos la abstención” de cuatro diputados de Chile Vamos que aprobaron la iniciativa hace una semana, lo que daría un triunfo “simbólico” al Gobierno.
Pero otros más cautelosos en Palacio reconocieron que aún están atentos a la reacción que tendrá el grupo de los 13, por la presión electoral y el respaldo ciudadano que tiene la idea del retiro de fondos, la que en la última encuesta Activa recibió 72% de apoyo. “A estas alturas del periodo, cuando quedan menos de dos años de Gobierno, varios parlamentarios piensan más con la calculadora electoral”, apuntó un asesor de Palacio.
Para el analista y académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, Piñera “está en un callejón sin salida, porque si el proyecto definitivamente avanza, entonces sus gestiones como Presidente no fueron suficientes ni siquiera para convencer a los diputados del sector. Él se inmiscuyó directamente para tratar de convencerlos y si el proyecto sigue adelante, Sebastián Piñera va a quedar aún con menor autoridad de la que ya ha perdido”. Agregó que, en caso de conseguir que esos diputados frenen el proyecto de ley en la discusión en particular, al Mandatario igual “se le viene una oleada de crítica ciudadana, que se puede expresar en manifestaciones o protestas, porque es un proyecto extremadamente popular, está por sobre el 80% de apoyo, y si es que la decisión se revierte en la Cámara, Sebastián Piñera va a ser sindicado como el único responsable, pues incidió directamente en que esos diputados hayan cambiado su voto”.
La crisis continuará
Independientemente del resultado hoy en la Sala de la Cámara de Diputados, al interior del mundo político hay consenso en que la crisis al interior del Gobierno no se ha resuelto, ya que el “quiebre interno en Chile Vamos es mucho más profundo”, como recalcaron ayer desde el oficialismo. No solo eso, el fracaso del proyecto del retiro de fondos podría terminar por sepultar no solo la poca popularidad de la administración piñerista, sino que despertar también una reacción ciudadana: “Puede que (el Presidente) vaya a salvar a las AFP, pero el desprecio ciudadano no se lo va a quitar nunca”, destacó Mauricio Morales.
Anoche, pasadas las 21:00 horas, se registraron caceroleos en comunas como Santiago Centro, Providencia, Peñalolén, Ñuñoa, Macul, Quilpué, Valparaíso y Viña del Mar.
En el propio oficialismo explicaron que el problema que enfrentan es que hay “poca fe y credibilidad” en los anuncios del Gobierno. El temor a la “letra chica” en cada medida que el Presidente ha puesto sobre la mesa estos meses de pandemia, se ha instalado en la población y en las huestes de Chile Vamos, tanto que varios parlamentarios de la UDI puntualizaron que no decidirán su voto hasta revisar con detención la propuesta del Ejecutivo, la que calificaron como “tardía” al interior de la bancada. Una sensación ambiente que está reflejada en los resultados de la última encuesta “Pulso Ciudadano” de Activa Research, donde el 67,5% de los encuestados cree que el Gobierno ha llegado tarde a dar soluciones.
Esto se suma a la falta de confianza en el Gobierno sobre el manejo de la pandemia del coronavirus: un 57,8% tiene “poca o nada de confianza” en las cifras de contagiados y muertes que entrega el Ministerio de Salud, un 45,5% teme “no poder abastecer al hogar de alimentos” y un 42,6% teme “no poder pagar las cuentas básicas de luz, agua, gas, telefonía, cable, internet”.
A este panorama se añade la no menor crisis interna y falta de gobernanza en Chile Vamos. Para Claudio Arqueros, director de formación de Fundación Jaime Guzmán, el resultado de la votación de la semana pasada golpeó profundamente a la derecha y dejó al descubierto que “no hay una gramática común que permita aunar criterios respecto de lo que es populismo o del sentido de compromiso con el bien mayor, por sobre las querellas propias. De otro lado, se concluye que no hay una coalición política en Chile Vamos, solo hay rostros y figuras. Algunas intentan liderar e incluso la mayoría actúa responsablemente, otras solo buscan salvar sus propias carreras”.
La estrategia de estos días puso a Piñera al frente, como el hombre capaz de resolverlo todo y efectivamente tiene el objetivo de lograr rescatar la deteriorada imagen de la figura presidencial.  Pero, más allá del resultado de hoy, algunos comentarios en el oficialismo advirtieron que el protagonismo del Presidente en esta jugada puede transformarse en un factor de conflicto más que de solución, ya que –agregaron– la desmejorada figura del Mandatario genera demasiado ruido y, por ende, termina por desvirtuar el mensaje que se quiere dar.
Al respecto, Arqueros reconoció que “este Presidente no goza de mucha popularidad, pero a pesar de los diferentes intentos por debilitarlo, ha demostrado que carácter no le falta. Él es un eslabón más en la crisis de autoridad y de liderazgo que aqueja al país”.
El otro problema que seguirá persiguiendo al Mandatario es el convencimiento transversal en la propia coalición oficialista respecto a que la imagen del comité político y en particular la de los ministros Briones y Blumel, difícilmente tendrá la capacidad de poder levantarse y ponerse a la altura, no solo por el impacto que tuvo su deficiente trabajo, sino porque desde su propio sector se le hacen permanentes zancadillas.
En el Gobierno aseguraron que esa es una batalla que se va a seguir dando hasta que el Presidente Piñera ceda, no solo con la lógica de las cuotas de representación, sino además con figuras que también respondan a las instituciones que representan y no solo sean “piñeristas”.
Punto de no retorno
En el mundo político todos saben que el proyecto de retiro de fondos instaló en la ciudadanía la idea de que los fondos de pensiones no son “bienes sagrados” como destacó el presidente de la CPC, Juan Sutil, y que en una parte de la derecha temen sufrir “una derrota ideológica” contra las bases de su pensamiento, la capitalización individual.
En un Gobierno de derecha, las presiones sobre La Moneda no solo han sido del mundo empresarial, sino que también políticas, porque ceder en este punto sería “un legado” con el que el Presidente no estaría dispuesto a cargar.
“Cuando hay proyectos tan importantes que van al corazón de las ideas, como lo es la capitalización individual y no las AFP, porque créame que para mí las AFP es lo primero a lo que hay que meterle mano para reformarla, pero cuando un proyecto va al núcleo de nuestros pilares, de nuestras ideas, creo que nos tenemos que plantear quiénes somos y para dónde vamos. Hay que plantearse si todos vamos por las mismas ideas o ver cuánto estamos dispuestos a transar por formar parte de una coalición y partidos que tienen una visión doctrinaria marcada”, afirmó el diputado de Francisco Eguiguren (RN).
Para Arqueros, “el resultado de este proyecto marcará una inflexión respecto de los andamiajes de la narrativa de la derecha” y la separará en “una contaminada por el populismo que se agrieta y dividirá más, poniendo en riesgo las narrativas del proyecto político que este sector ha defendido y promovido”. Para el analista de la FJG, el resultado de la votación del miércoles pasado fue “una señal suficiente para dar cuenta de que no hay en la derecha (menos aún en las izquierdas) la capacidad de construir narrativas postransicionales que reivindiquen la política (…). Los partidos de izquierda adoptaron el todo vale para lograr los cambios que buscan. Lamentablemente, parte de la derecha, creyendo ilusamente que recuperará parte del saldo perdido con la ciudadanía, ha aceptado este atajo”.
El tema no solo tomó fuerza a nivel ciudadano, sino que además llegó para quedarse. El miércoles pasado fue tal la atención sobre la votación en general del proyecto de retiro de fondos, que la página de TV Diputados se cayó ante la demanda de visitas y debió duplicar su capacidad, porque al final de la jornada más de dos millones de personas ingresaron a las distintas plataformas de la Cámara Baja para informarse y seguir la discusión.



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