Invertir el 10% de la AFP en propiedades: no todo lo que brilla es oro



Es efectivo que el 10% de la AFP puede ayudar a financiar el pie para la compra de una propiedad. No obstante, difícilmente este dinero alcanzará para financiar más del 10% de la inversión total. Por ejemplo, UF 3.200 es el precio promedio de un departamento de 2 o 3 dormitorios cercano a alguna estación del metro, propiedad en la que una familia de 4 personas podría vivir de manera relativamente “cómoda”. Por otro lado, UF 147 es el máximo permitido que un individuo puede retirar de su AFP, lo que apenas equivale al 5% del valor total del departamento del ejemplo.
Entonces, ¿cómo lo harán todos estos potenciales compradores que no cuentan con ahorros previos para cumplir con el pie mínimo del 20% exigido hoy por la banca? No hay que desesperarse, alternativas hay (y muchas): 1. Juntar los retiros del 10% de la AFP con la pareja. 2. Solicitar el “ bono pie” a la inmobiliaria. 3. Conseguir financiamiento adicional al 80%, ya sea con crédito directo de parte la inmobiliaria o con alguna institución financiera abierta a estudiar el caso. 4. Pagar en muchas cuotas un monto que se ajuste al presupuesto familiar, por medio de la compra en “blanco” o en “verde”, o bien, con tarjeta de crédito en convenio “sin interés”.
Pero, más allá de lo anterior, el principal llamado es tomar una decisión informada y responsable. Recordemos que financiar el pie inicial y conseguir la aprobación de un crédito hipotecario, es sólo el inicio de un largo camino. Además, una decisión de esta naturaleza implica asumir un pago mensual relevante por al menos 20 o 30 años (añadamos que durante los primeros años sólo se pagarán intereses). También, hay pagos de contribuciones y costos de mantención. Si bien mi relato podría parecer desalentador, persigue todo contrario. Me refiero a que si no planificamos bien nuestro presupuesto o sobreestimamos los ingresos de largo plazo, quizá, más adelante, podríamos estar en problemas. Por eso, si usted ya ya analizó todas las caras de esta moneda, entonces avance con convicción. Si aún tiene dudas y desconocía estos aspectos, piénselo dos o hasta tres veces. No todo lo que brilla es oro.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.



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