Migrantes en frontera enfrentan miedo a coronavirus y no entrar a EEUU



México. – Para entrar a Estados Unidos, los migrantes tienen que esperar durante meses para su cita ante las autoridades del país del norte. Sin embargo, no solo deben enfrentar el miedo de no recibir el acceso o perder su cita: en medio de la pandemia por el coronavirus, temen el contagio, lo que podría significar que además sean rechazados.
De acuerdo con el programa En Punto, hay más de mil 500 migrantes mexicanos y centroamericanos tratan de entrar a Estados Unidos en un campamento a un lado del Puente Internacional Matamoros–Brownsville, frente al Río Bravo. Desde ahí, esperan su audiencia de asilo.
En ese punto, hace un mes detectaron cinco casos de coronavirus y al menos otros 25 posibles contagios. El orden en el campamento se perdió tras su desalojo por los casos del Covid-19 y por el paso del huracán Hanna. Los migrantes temen aislarse ante la pandemia justamente por el miedo a que puedan perder su cita de audiencia, pero esto los pone en riesgo, de acuerdo con la asociación encargada del campamento.
“Han regresado a personas que tienen erupciones en la piel o una gripita los han regresado y no les han dado oportunidad a que pasen a la corte y les reprograman su cita”, comentó Glady Cañas, de la asociación Ayudándoles a Triunfar a En Punto.
Walter, un migrante hondureño, explicó que llegó de su país hace un año, pero ni siquiera ha podido realizar su trámite de asilo.
“Mientras no se detenga lo del COVID, ellos no pueden dar asilos ahorita”, dijo Walter, un migrante hondureño.
Desde que comenzó el programa de Permanecer en México, en enero de 2019, más de 65 mil migrantes han sido deportados. Menos del 50% de ellos continúan con su proceso y apenas el 1% consiguió el asilo.
“Aquí solamente nos llevan un enlistado y nos van engañando que para el 21 y que para el 21. Desde que empezó la pandemia nos van diciendo que para dentro de un mes”, destacó Martha, migrante mexicana.
Martha llegó al campamento de Matamoros con sus cinco hijos hace nueve meses. Se vio forzada a abandonar Guerrero luego que su esposo fuera asesinado por el crimen organizado en Tierra Caliente. Espera solicitar su asilo, pero hace semanas que uno de sus hijos presenta síntomas del coronavirus.
Sin embrago, no todos han tenido la paciencia de esperar a que pase la pandemia y así avanzar en su proceso migratorio.
Rodrigo era un migrante guatemalteco. Hace una semana, perdió la paciencia y trató de cruzar el Río Bravo. Se cayó al agua y murió ahogado. Llevaba 11 meses esperando con su familia en el campamento de Matamoros.
“Yo estaba en mi carpa cuando gritaron, se cayó Rodrigo, yo me tiré como loca. Esto no es vida para nosotros. Yo ahora tengo que ser la cabeza del hogar”, dijo una migrante guatemalteca a los periodistas.
Mientras ellos esperan, la administración de Donald Trump anunció que los trámites se reiniciarán hasta que cambie la situación del país.



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