Cómo pasan sus días en la cárcel los asesinos de Fernando Báez Sosa



Es un caso que conmocionó al país entero y hoy ya pasaron ocho meses de aquel 18 de enero. Ese día, con total impunidad, 10 rugbiers asesinaron a Fernando Báez Sosa a la salida de un boliche ubicado en Villa Gesell. Máximo Thomsen (20), Ciro Pertosi (20), Luciano Pertossi (18), Lucas Pertossi (21), Enzo Comelli (20), Matías Benicelli (20), Blas Cinalli (19) y Ayrton Viollaz (21) permanecen alojados en el pabellón 3 de la Alcaidía Departamental La Plata 3, ubicada en Melchor Romero, en cuatro celdas contiguas con capacidad para dos detenidos cada una.Según informaron fuentes policiales a la agencia de noticias Télam, los ocho amigos se mueven siempre en grupo y ya no son tan agredidos como lo eran al comienzo por los otros internos. De lunes a viernes, al igual que el resto de la población carcelaria, tienen permitido permanecer tres horas al aire libre, y ellos lo hacen en el patio del Pabellón 6, donde suelen caminar, sentarse al sol y compartir charlas.”Durante las primeras salidas al patio, los detenidos de sectores cercanos insultaban a los ocho rugbiers, pero a medida que pasaron los días y con el advenimiento de la crisis sanitaria por el Covid-19, cesó cualquier tipo de hostigamiento, y ya son uno más”, dijo a Télam una fuente de la investigación, que aclaró que desde que se encuentran allí alojados, “jamás protagonizaron un incidente”.Además, si bien el penal cuenta con una biblioteca, los detenidos pasan sus horas leyendo novelas que les acercan sus familiares, a quienes no volvieron a ver desde el 20 de marzo pasado, cuando se decretó el aislamiento preventivo por la pandemia del coronavirus.Los rugbiers cuentan con un solo teléfono celular que comparten los ocho y con el cual se comunican con sus familiares mediante llamadas o mensajes de texto, ya que no tienen habilitada ninguna red social.Fuentes del SPB aseguraron a Télam que los detenidos fueron entrevistados cuando ingresaron a la alcaidía por expertos del área de psicología, aunque luego también realizaron consultas a los profesionales ante determinadas circunstancias.”Mantienen un perfil muy bajo. No han protagonizado ningún incidente ni evento indisciplinario. No han hecho peticiones a los agentes penitenciarios. No se advierte liderazgo de ninguno de ellos sobre los otros, y se comportan con respeto hacia el personal”, dijo la fuente consultada.La alimentación, en tanto, es la misma que reciben los otros presos en base al sistema de catering que incluye las cuatro comidas y es ofrecida por el SPB, aunque en algunas oportunidades consumen lo que les envían semanalmente sus familiares, como yerba para el mate, galletitas o eventualmente medialunas.



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