Mujeres, pandemia y deuda laboral



No es casual la situación de crisis social, económica y de salud que vive nuestro país; es el reflejo de la construcción histórica de desigualdades que nos rigen como sociedad, pero que quedaron al descubierto y en la consciencia colectiva desde el 18 de octubre del 2019, cuando vivimos nuestra propia primavera.
Tampoco es casual que hoy queden develadas las realidades con las que Infocap lleva trabajando por años: la pobreza y la construcción ideológica de lo que llamamos “clase media”; hombres, mujeres y familias situadas en el otro lado de la línea, inmensamente vulnerables y endeudados hasta decir basta.

Según cifras del Hogar de Cristo, el 54,3% de los más pobres de Chile son mujeres. Esta realidad, donde la pobreza tiene rostro femenino, es aún más violenta si se considera que uno de cada cuatro hogares es sustentado por mujeres y su participación en el mercado laboral, antes de la pandemia, se acercaba al 43%, según el INE, pese a que las mujeres debemos cuidar de nuestros niños/as, adultos mayores y enfermos. Y a todo esto le sumamos que nuestra remuneración es cerca de 29% menor a la de un hombre, en el mismo cargo y con las mismas competencias.
Distintos estudios indican que en esta crisis sanitaria y social hemos retrocedido cerca de 10 años respecto de la inclusión femenina en el mercado laboral. Por ello, desde Infocap nos hemos propuesto promover y potenciar las iniciativas formativas que busquen la igualdad de género, sobre todo en materia laboral. Uno de esos proyectos es el Programa Tu Oportunidad, de ONU Mujeres, pensado para aquellas mujeres que, por distintas razones, han quedado marginadas de recibir una educación formal.
La finalidad de este programa, que actualmente se ejecuta en la Región Metropolitana, es entregar herramientas de formación para la autonomía y empoderamiento económico. Hasta ahora se ha capacitado a más de 100 mujeres en temas de empoderamiento, enfoque de género y habilidades para el trabajo que están dirigidas tanto al emprendimiento como a la empleabilidad.
Nuestra visión y compromiso es avanzar en generar estos espacios y disminuir las brechas. Buscar que se mejore la calidad del empleo, las remuneraciones y la comprensión del trabajo desde su dimensión social: un espacio de dignidad y de transformación, porque las mujeres sabemos que contar con este derecho disminuye las posibilidades de ser violentadas de forma física o psicológica.
En el contexto de pandemia, tan adverso y desafiante, no debemos olvidar las deudas y promesas de la construcción de una sociedad más justa, donde hombres y mujeres tengamos oportunidades en equidad, donde la corresponsabilidad sea parte de nuestras prácticas sociales, y donde se visibilice el aporte de todos y todas, porque sólo juntos y en reconocimiento de nuestra diversidad, podemos construir un mejor futuro.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.



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