Preocupación por aspectos éticos y de seguridad genera el uso de vacunas experimentales en China



A nivel mundial, China tiene el mayor número de posibles vacunas en la llamada fase 3, de ensayos clínicos avanzados. Las autoridades promueven el uso de las inyecciones para evitar que la enfermedad regrese al territorio. Compañías y gobiernos de todo el mundo se apresuran para desarrollar una vacuna que frene la propagación del coronavirus.El popular periodista Kan Chai compartió este mes su experiencia al dejarse inocular con una vacuna de la empresa estatal china CNBG.Luego de la primera dosis, no presentó reacción alguna, pero Kan Chai se sintió mareado después de la segunda inyección de una vacuna contra el COVID-19 que fue aprobada para uso de emergencia en China.”Cuando estaba conduciendo, de repente me sentí un poco mareado, como si estuviera manejando en estado de ebriedad”, dijo el popular escritor y columnista en un seminario web hace unas semanas. “Así que encontré un lugar para estacionar el auto, descansar un poco y luego me sentí mejor”.Es un caso inusual entre los cientos de miles de personas que han sido vacunadas, antes de una aprobación final para su uso generalizado.Anteriormente, las compañías chinas llamaron la atención por darle la vacuna a sus altos ejecutivos y principales investigadores antes de que empezaran las pruebas en humanos para probar su seguridad y eficiencia. En los últimos meses, han inyectado a un número mucho mayor bajo una designación de uso de emergencia aprobada en junio, y ese número parece que seguirá al alza.Un funcionario de Salud dijo el viernes que China –que ha erradicado en gran medida la enfermedad– necesita tomar medidas para evitar que regrese, pero un experto externo cuestionó la necesidad del uso de emergencia de vacunas experimentales cuando el virus ya no se está propagando en el país donde se detectó por primera vez.De momento no está claro quién y cuántas personas han sido vacunadas, pero los fabricantes de la vacuna china han ofrecido algunas pistas. La subsidiaria de la compañía estatal Sinopharm, CNBG, ha inyectado a unas 350.000 personas fuera de sus ensayos clínicos, que tienen alrededor de 40.000 participantes, dijo recientemente un alto ejecutivo de CNBG.Otra compañía, Sinovac Biotech Ltd. ha vacunado al 90% de sus empleados y familiares, o a unas 3.000 personas, la mayoría bajo la provisión de uso de emergencia, dijo el director general de la empresa Yin Weidong. También ha proporcionado miles de dosis de su CoronaVac al gobierno de la ciudad de Beijing.Además, el ejército chino ha aprobado el uso de una vacuna que desarrolló con CanSino Biologics Inc., una compañía biofarmacéutica, en el personal del ejército.



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