Según una investigación del Centro Nacional de Epidemiología y Salud de la Población de la Universidad Nacional de Australia (ANU), fumar cigarros eléctricos podría incidir directamente en que personas no fumadoras de cigarros comunes, comiencen a serlo.
Al examinar 25 estudios de investigación sobre la temática, revisando la asociación que tienen los dos tipos de cigarrillos en la población -con atención en jóvenes, adultos y también exfumadores-, se llegó a la conclusión de que quienes fuman cigarro eléctrico, sobre todo siendo joven, es más propenso de introducirse al consumo de tabaco.
A pesar de que el trabajo es preliminar, y aún queda gran parte de la investigación, mencionan que -en promedio- si una persona consume cigarros eléctricos puede tener tres veces más posibilidades de llegar a consumir tabaco:
“Esta revisión encontró evidencia consistente de que el uso de cigarrillos electrónicos, en gran parte que liberan nicotina, está asociado con un mayor riesgo de iniciación subsecuente de fumar combustible, fumar combustible actual y recaída después de considerar factores de riesgo demográficos, psicosociales y conductuales conocidos”, concluye el estudio.
Sumado a esto, se afirma que los exfumadores que utilizan cigarros eléctricos, tienen más del doble de probabilidad de recaer en el tabaco común. Cifra que pone en duda la idea de que este producto puede ayudar a dejar de fumar. Una de las docentes que participó en este análisis, Emily Bank, indicó a The Guardian que eran limitadas las pruebas para afirmar esto, por lo que algunos lo recomiendan como última medida para este fin.
“La mayoría de las personas que dejan de fumar con éxito no utilizan ningún producto como parches o medicamentos para hacerlo; lo hacen por sí mismos, por ejemplo, dejándose de fumar de golpe”, aseguró Banks. “Nuestra revisión encontró que no había evidencia suficiente para concluir que los cigarrillos electrónicos sean efectivos para dejar de fumar en comparación con otros enfoques, pero hay señales prometedoras de que tienen potencial para ayudar. La evidencia también indica que los cigarrillos electrónicos tienden a conducir a un uso prolongado de nicotina, en lugar de dejar el hábito por completo”.
Este análisis es parte de un trabajo amplio solicitado por el gobierno federal para revisar el tabaquismo en dicho país. Esto debido a que, a pesar de ser de las naciones con mayor control sobre estos productos, siguen habiendo cerca de 2,3 millones de fumadores y se mantiene siendo el principal motivo “de enfermedades prevenibles y muerte en Australia”.
Ahora se comenzará a revisar los efectos en la salud que conlleva el consumo de cigarros eléctricos. Estos resultados podrían aportar información a otros investigadores de Estados Unidos que han estado revisando los daños que tiene este producto, tras recibir un grupo de pacientes que se enfermaron producto del vapeo.
Frente a estas conclusiones preliminares, aseguran que es importante tener en cuenta que cada uno de estos 25 estudios revisados poseen un contexto distinto que dificulta la posibilidad de reunir los resultados, ya que el riesgo puede variar según el lugar.
Sin embargo, según lo mencionado por Becky Freeman, profesora de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Sydney al medio inglés, sería importante considerar que hay más posibilidades de que “los no fumadores sigan fumando si primero vapean es coherente con otras reseñas”.
“El uso de cigarrillos electrónicos por parte de los jóvenes no es seguro, incluso si no progresan a fumar cigarrillos”, afirmó la docente.
