Seis funcionarios del Departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud señalaron que los datos relacionados al virus covid-19 fueron acomodados a conveniencia del Minsal, esto en el marco de la investigación respecto a una eventual manipulación de las cifras de contagiados y fallecidos.
Los funcionarios del Minsal entregaron su testimonio el pasado 5 de octubre a la Fiscalía Centro Norte, los que vienen a respaldar lo dicho por la también ex funcionaria Andrea Albagli, quien dijo que las autoridades del Minsal “pidieron manipular la base de datos”.
La situación fue revisada en la acusación constitucional contra el ex ministro de Salud Jaime Mañalich, quien criticó a Epivigila señalando que “la brújula que usamos tenía dificultades enormes, y esa brújula se llama el sistema Epivigila”.
Sin embargo, de acuerdo a datos recopilados por La Tercera, se da cuenta de testimonios del equipo epidemiológico en que admiten que se adecuó la hora de corte de los informes, orden que presuntamente era impuesta por la jefa de la División de Planificación Sanitaria (Diplas) del Minsal, Johanna Acevedo.
Otro funcionario, Mario Soto, contó al fiscal Marcelo Carrasco que fue testigo de una llamada a Acevedo hecha por la subsecretaria de Salud Paula Daza. “Fui testigo de una indicación de Daza a Johanna Acevedo. Esta indicación le fue entregada por teléfono consistía en generar el informe epidemiológico todo de nuevo, pero a partir de la base de datos del laboratorio. Sin embargo, dicha base de datos no tiene antecedentes epidemiológicos (…) Este informe no se hizo. No sé cuál era su objetivo, no le gustaron los datos, la forma. Fue en abril, tiene que haber sido la segunda semana de abril”.
En tanto, una funcionaria del Departamento de Epidemiología, Patricia Cerda aseguró que “sabía que había que hacer calzar los datos nuestros con los que reportaba el ministro, pero desconozco de dónde provenía esa instrucción”.
Finalmente, el ingeniero estadístico Fabio Paredes relató que realizó “un gráfico con la diferencia entre lo que producíamos y lo que comunicaba Mañalich”.
“Uno es el (reporte) que hace el ministro (…) Otro es un reporte diario que hacíamos nosotros a partir de las instrucciones que él nos daba a través de la jefatura. Eso provocaba que a veces tuviéramos más casos confirmados de los que él informaba en su reportería”, dijo.
Agregó que “en un principio tenían que ser concordantes con la información oficial. Era un requisito que provenía del ministro. Eso todos lo sabían dentro del departamento (…) no podría explicar cómo se hacían calzar ambos reportes si tenían fuentes distintas”.
