Pocas empresas, gran impacto – El Mostrador



Si nos dijeran que actualmente el 40% de los empleos de Chile, es decir, alrededor de 700 mil puestos de trabajo, son generados solo por un 1% de las empresas del país, no podríamos quedarnos tranquilos sin conocerlas y entender por qué un porcentaje tan chico de empresas tiene la capacidad de generar un número tan alto de trabajos.
Este tipo de empresas existen, se llaman Scale-Up y por su capacidad de escalabilidad serán las protagonistas de la reactivación económica. Si estás leyendo esto y no las conocías, no te consideres un inculto en materia emprendedora, ese es hoy el mayor desafío que tenemos como país, revelar su impacto, potencial y las necesidades que tienen al ser un pilar clave de la economía y del desarrollo nacional.
Hasta ahora, siempre hemos hablado de las Start-Up, siendo aplaudidos internacionalmente por el gran trabajo que se ha hecho en esta materia, tanto así que hoy contamos con una organización como Start-Up Chile, con operaciones a nivel mundial. Y aunque estos dos tipos de empresas tengan ciertas semejanzas en sus nombres, tienen diferencias estructurales. Una Start-Up es aquella empresa, en general recién creada o con muy pocos años de antigüedad, que busca encontrar el product/market fit y el modelo de negocio en un mercado de gran tamaño. El paso siguiente de estas empresas es escalar las ventas, buscando generar el mayor impacto posible. La diferencia está en que, si lo logra, ahí recién se convierte en una Scale-up.
Con esto no quiero decir que una requiera más apoyo que la otra, ya que cada etapa tiene su relevancia para el país. Pero, así como hace unos años atrás nos dimos el trabajo de valorizar el rol de las Start-Up para darles de esta manera el apoyo correspondiente, hoy es el turno de las Scale-Up. Es una deuda que tenemos como país y que realmente no podemos dejar pasar.
Las Scale-Up son empresas que logran crecer 72,8% en tres años (o sea, 20% al año), en número de empleados, partiendo de por lo menos 10 empleados en el período inicial de análisis. El problema es que este reducido número de empresas cada vez se hace más raro. Lo que es preocupante, ya que –si somos sinceros– son el futuro. Hoy tenemos pocas empresas –de diversas industrias– que sortean día a día mantener ese crecimiento muchos años.
En este sentido debemos propiciar las condiciones para que las empresas con potencial escalable puedan acceder a talento, innovación, venture capital y alcance global, en condiciones menos burocráticas, idealmente teniendo un enfoque público-privado que priorice mejoras en las condiciones estructurales en las que se desenvuelven nuestros Emprendedores, para que muchas más empresas crezcan ojalá de forma acelerada.
WhatsApp, Amazon o Mercado Libre. Imposible no conocerlas, son algunas de las empresas más grandes del mundo y famosos ejemplos de Scale-Up. Como estas empresas, hay miles de otros ejemplos que, aunque menos conocidos, están transformando la vida de millones de personas todos los días.
En semanas donde se están conversando definiciones cruciales para la proyección 2021, y sabiendo el impacto que tienen las Scale-Ups en la economía de un país, deberíamos ponernos dentro de nuestros desafíos fijar un crecimiento mínimo de este tipo de empresas, acompañado de un plan de apoyo estratégico. No olvidemos que si estas empresas no existieran en 2018 Chile tendría 640 mil empleos dependientes formales menos.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.



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