Una de las tantas industrias que se vio afectada con el estallido de la pandemia por coronavirus fue la audiovisual. No sólo que se interrumpieron grabaciones de ficciones, cortos, documentales, tiras diarias y películas sino que el sector se vio imposibilitado a continuar trabajando en sus diversas funciones.”La actividad en nuestra rama consta de trabajo netamente presencial y la característica de nuestra contratación es discontinua. Al implementarse una cuarentena obligatoria y total, nuestros ingresos se frenaron de una manera abrupta. Si trabajás, cobrás. Si no trabajás, no cobrás pero las obligaciones mensuales siguen llegando”, había manifestado en diálogo con Filo.News el Colectivo de Trabajadorxs Cinematográficxs, conformado por técnicas y técnicos audiovisuales, agrupación horizontal y no política “en busca de ayuda para paliar este momento especial y con ganas de trabajar pronto”.
Esta era la realidad de muchos: si no trabajan, no cobran. Afortunadamente, la industria y sus diversos sectores (ya que así como la audiovisual, el teatro y múltiples ramas de la cultura y el arte se vieron fuertemente impactadas) se encuentran camino a la llamada “nueva normalidad”, es decir, que poco a poco, en cada provincia del país están retomando su actividad.
En lo que respecta a la Ciudad de Buenos Aires, recientemente el Ministerio de Cultura porteño habilitó los rodajes de ficciones para cine, televisión y plataformas audiovisuales, bajo un “estricto protocolo”.En este marco, la empresa Saigón de casting, realizó el spot “Estamos listos para volver” que muestra este retorno al trabajo atravesada por medidas epidemiológicas, en el marco de sus 10 años cumplidos. “Dos meses después de habilitarse los rodajes publicitarios en CABA y con nuestro protocolo aprobado por profesionales matriculados en higiene y salud laboral, nos sumamos a los esfuerzos de adaptación y acondicionamiento para retomar nuestra actividad con cuidado, responsabilidad y también mucha alegría”, aseguran sus realizadores. Uno de los tantos ejemplos de un mundo que deberá adoptar protocolos y mantener distancias para continuar generando posibilidades de empleo y encuentros
