La nueva vida de Miel Gibson después de Mel Gibson



Lo primero que dice Yohanna Agurto al recordar las primeras semanas de agosto es “angustia”.Por ese entonces, la profesora especialista en neurociencia recibió un mail del equipo de abogados de Mel Gibson en el que amenazaban con tomar acciones legales si es que ella no procedía a eliminar en 48 horas la marca y los productos de Miel Gibson, el emprendimiento de mieles que había creado al comienzo de la crisis sanitaria y cuyo nombre acuñó como un juego de palabras entre su producto y la imagen del actor.”En el momento que ocurrió todo esto, cuando se destapó, fue preocupante, fue angustiante. Cuando me dieron este ultimátum, yo había mandado a imprimir con mucho esfuerzo 500 etiquetas, entonces pensaba ‘qué voy a hacer con todo eso, es plata perdida, no voy a poder vender toda la miel que tengo en stock'”, recuerda ahora la empresaria a hoyxhoy.La situación creó tal interés que la noticia llegó a las páginas de medios como The New York Times y, tras la cancelación de la amenaza, se transformó en una efectiva maniobra de marketing. Tanto así que Agurto explica que los 10 kilos de miel que vendía a la semana antes de la noticia llegaron a incrementarse en un 300% después de hacerse pública.”Las ventas crecieron de forma explosiva, la demanda creció de manera exponencial. Pronto con todo eso llegó un momento en que necesité contratar gente para que me ayudara a embalar, necesité contratar gente para que me ayudara a despachar”, resume.Desde entonces, la empresa se constituyó legalmente como pyme y se vio expuesta a un crecimiento pronunciado que trajo consecuencias.”Fue tan demandante en términos emocionales, en términos mentales y físicos, que hace como una semana atrás sentí que ya estaba al borde del colapso”, revela la fundadora de Miel Gibson. “Empecé a tomarme el tiempo para analizar en perspectiva todo lo que pasó, y sentí el agobio, sentí el cansancio, sentí el estrés y el peso de llevar esto”.¿Y cómo estás ahora? ¿Ya mejor o el agobio continúa?Mira, yo tuve que ir al médico y ahora estoy en tratamiento. Yo soy profesora y cuando partí con esta idea era porque estaba cesante, porque en ese momento ya lo estaba pasando mal económicamente, porque ya venía con una afectación emocional producto de que se me habían cancelado los proyectos; tenía que generar recursos y no sabía cómo ni de dónde. Y de pronto me pillé con todo esto. Y sabes que hacerse público, hacerse un personaje conocido, también me pasó la cuenta. La gente se toma la libertad de opinar, de dirigir tu vida, de descalificarte, y eso es nuevo para mí. Había gente que me decía que no pescara las redes sociales, sobre todo Twitter, porque Twitter es bien maldito. Pero fue en Twitter donde me inicié y sigo teniendo 23 mil seguidores, en Instagram estoy por la misma cantidad. O sea, me pasó la cuenta en términos generales porque yo de esto no tenía idea. Fue mucha información a la vez.PartnerEntre el complejo panorama, Agurto dice que recibió un poco de luz de la mano de emprendedores que conocieron su caso y se ofrecieron a ayudarla.Uno de ellos fue una agencia de marketing que ha estado supervisando su presencia en redes sociales (@miel_gibson_), su principal canal de ventas. Otros fueron SimpliRoute, un software de inteligencia logística que la ayuda a crear sus rutas para despachos.”Ellos se han transformado en mis partners y ha sido maravilloso porque me permite cumplir de mejor manera con el aumento de la demanda que hemos tenido”, dice la empresaria.Otro de los avances que ha tenido Miel Gibson es su sociedad con pequeños productores locales, con quienes pretenden incrementar su oferta de mieles chilenas.”Una de las grandes diferencias que siempre quise hacer cuando comencé con esta idea de vender miel es que no quería vender cualquier miel. Yo soy del sur, me crié entre familiares que tenían abejitas y colmenas, y quería vender productos de esos productores, a quienes además les pago un precio justo”, plantea Yohanna. “El otro filtro que me puse fue vender miel de distintas variedades. Toda la gente dice que quiere miel, pero conmigo se han llevado sorpresas cuando les digo que tengo miel de diente de león”, complementa.Decías que Miel Gibson nació por una necesidad. Pero ahora que el proyecto está en este punto, ¿cuáles son tus proyecciones?A mí me encantaría tener una tienda, La Mielería de Gibson, porque así se llama mi razón social. Una tienda en cada mall de Chile, donde le pudiera decir a la gente de, por ejemplo Arica, que esa miel viene de Puerto Octay, esa de Osorno, esa tiene tales características porque viene de tal zona. Y al mismo tiempo, por ejemplo, decirle al de Punta Arenas que esta miel viene del Valle de Azapa o de Illapel. Mi sueño es tomar esas pequeñas producciones y sacarlas al país.Y ya con la distancia del tiempo, ¿cómo ves lo que pasó con Mel Gibson?Mira, después de la vorágine de la que fuimos sorpresivamente primero víctimas y después beneficiados, Miel Gibson se instaló como marca. Y a pesar de que los pedidos han bajado en este periodo porque por cultura en Chile se consume más miel en el invierno, tenemos clientes fieles que nos siguen llamando. Me quedo con eso.



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